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Siete Palabras Del Nacimiento Sample

Siete Palabras Del Nacimiento

DAY 14 OF 20

Quinta Palabra

GOZO

Jesús y la palabra me han dado la vida y ministerio.

Os digo que así habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente, que por noventa y nueve justos que no necesitan de arrepentimiento (Lucas 15:7).

Él usó chara para describir la celebración del gozo en el cielo cuando un solo pecador se arrepiente (Lucas 15:7). Lo usó para describir lo que siente una nueva madre cuando sostiene a su bebé en sus brazos por primera vez (Juan 16:21). Jesús usó chara no una sino dos veces cuando habló a sus discípulos sobre el futuro: "Estas cosas os he dicho, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido" (Juan 15:11).

El gozo genuino permanece. Permanece. Dios envió a Jesús para hacer posible ese tipo de gozo.

En el devocional anterior, mencioné la Navidad en la que las circunstancias inesperados agotaron todo nuestro presupuesto para regalos. Por un momento o dos, permití que mi frustración y mi orgullo humano eclipsaran el gozo profundo y duradero de conocer a Jesús. Pero el Señor rápidamente reajustó mi perspectiva.

Después de arrepentirme por acusar a Dios de ser indiferente, recuerdo haber dicho: "Bien, Padre, tú conoces mi corazón y nuestras circunstancias. Quiero darle regalos a mi hija esta Navidad. ¿Cómo vamos a hacerlo?".

El Señor entonces me recordó que no todos los regalos se adquieren en una tienda y se pagan con dinero. Mi mente se dirigió a los pasajes de la Biblia que hablan de los dones espirituales. Un pasaje en particular me llamó la atención. En 1 Timoteo 4:14, Pablo exhorta a su joven protegido a no descuidar el don espiritual que le fue impartido a través de la imposición de manos.

De repente, mi imaginación se vio cautivada por la idea de impartir un don espiritual a mi hija a través de la oración. Comencé a orar y pedir orientación sobre qué regalo quería el Señor darle a nuestra hija.

Resultó que Dios proveyó de manera sobrenatural un cheque de la compañía inesperadamente el día 24 de Diciembre a las 4:00 p.m. Lo que nos dejaba con media hora de oportunidad para llegar al banco, antes del cierre para Navidad. Pues, llegamos, pero tarde y acababa el guardia de seguridad poner su llave de cierre a la puerta. No podíamos creer lo que estaba ocurriendo; estábamos a la puerta del banco con el cheque en la mano y el guardia sólo hacía gestos con su mano de que estaba cerrado. Pero decidimos que insistiríamos, todavía habían clientes dentro, así que el guardia abrió y le explicamos nuestra situación. Su corazón se conmovió y nos permitió pasar. Así pudimos comprar regalos para nuestra hija esa Navidad. Pero el regalo que a mí nos entusiasmaba más dar ese año era el de tipo espiritual.

Esa fue una de las navidades más especiales en nuestros recuerdos.

El gozo es algo poderoso, una fuente de gran fortaleza que brota de lo más profundo de nuestro espíritu nacido de nuevo. Una vez, mientras me preparaba para oficiar un funeral, el Señor me dijo la siguiente verdad: “Los cristianos son las únicas personas en el mundo que pueden llorar y regocijarse al mismo tiempo”. Es verdad.

Cuando perdemos a un ser querido que es cristiano, es natural sentir una profunda sensación de pérdida. Alguien familiar y querido parece haberse ido para siempre. Nos entristecemos. Pero como escribió Pablo una vez: “No nos entristecemos como quienes no tienen esperanza” (1 Tes. 4:13). Sabemos que la separación es solo temporal. Los volveremos a ver. Así es como el gozo y el duelo pueden coexistir.

Jesús hizo posible el gozo verdadero. “El gozo es el asunto serio del cielo”.

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