Marcas De Un DiscípuloSample
Alabanza
La alabanza y adoración son dos prácticas fundamentales en la vida de un discípulo de Jesús. En Hechos 2:42, 46-47, vemos que la iglesia primitiva se dedicaba continuamente a la enseñanza de los apóstoles, a la comunión, al partimiento del pan y a la oración. Además, su vida diaria estaba llena de alegría, sencillez de corazón y alabanza a Dios, lo que les permitió hallar favor con el pueblo. Esta dedicación formaba parte de su día a día.
Es importante aclarar que la alabanza y la adoración no se limitan solo a la música o al canto, aunque a menudo se asocian con estas expresiones. Son mucho más profundas y abarcan toda nuestra vida como creyentes. La alabanza suele ser una expresión externa de gratitud y honor hacia Dios, mientras que la adoración es un acto íntimo y personal de reverencia y amor hacia Él, una respuesta interna que refleja nuestro corazón entregado a Dios.
La verdadera adoración
Jesús habló de la verdadera adoración en Juan 4:23-24 cuando dijo que los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad. Esto significa que la adoración no es solo una expresión externa, sino una respuesta del corazón que debe provenir de lo más profundo de nuestro ser. La verdadera adoración tiene dos características clave: adorar en espíritu y adorar en verdad.
Adorar en espíritu
Para adorar en espíritu, se requieren tres cosas:
- Un nuevo nacimiento: Solo aquellos que han nacido de nuevo pueden adorar verdaderamente a Dios. Sin el Espíritu Santo habitando en nosotros, no podemos conocer ni adorar a Dios (1 Corintios 2:11-12).
- Una mente renovada: La adoración verdadera necesita una mente centrada en Dios, renovada por la verdad de su Palabra (Romanos 12:1-2).
- Un corazón puro, abierto y arrepentido: La adoración no puede proceder de un corazón lleno de pecado no confesado. La confesión es una parte crucial de la adoración, como lo vemos en el ejemplo de David en Salmos 32. Solo cuando confesamos nuestros pecados, somos libres para adorar plenamente.
Adorar en verdad
La adoración verdadera está fundamentada en la Palabra de Dios, que es la verdad (Juan 17:17). Si no conocemos a Dios a través de su Palabra, no podemos adorarlo adecuadamente. Por eso, la adoración incluye tanto la emoción del espíritu como la verdad de la mente. No se trata solo de sentir la presencia de Dios, sino de conocerlo profundamente mediante su Palabra.
La adoración como obediencia
La primera vez que aparece la palabra "adoración" en la Biblia es en Génesis 22:5, cuando Abraham fue a ofrecer a su hijo Isaac en obediencia a Dios. Esto nos muestra que la adoración también es obediencia. La verdadera adoración implica rendirnos completamente a la voluntad de Dios, como lo hizo Abraham, confiando en Él sin importar las circunstancias.
Jesús es el ejemplo perfecto de adorador. En su vida y muerte, Jesús mostró la más grande obediencia al Padre, incluso cuando dijo: "No se haga mi voluntad, sino la tuya" (Lucas 22:42). Su vida fue una entrega total, demostrando que la adoración no es solo lo que hacemos en la iglesia, sino una vida entera vivida en obediencia a Dios.
Reflexión
La alabanza y la adoración no son actividades reservadas para un momento específico de la semana o una parte de un servicio dominical. Son un estilo de vida continuo que nos transforma y que, a su vez, transforma a los que nos rodean. Cada día, con cada decisión, estamos adorando a Dios, y la pregunta es: ¿A quiénes estamos adorando?
Si sentimos que nuestra vida no está siendo transformada o que hemos perdido esa intimidad con Dios, es momento de examinar nuestro corazón. ¿Hay algo que necesitamos confesar? ¿Estamos verdaderamente adorando a Dios con todo nuestro corazón, mente, alma y fuerzas? La adoración verdadera trae transformación y libertad, y es un reflejo de una vida rendida completamente a Dios.
Hoy, tomemos un tiempo para reflexionar sobre nuestra relación con Dios. Si hay algo que necesitamos confesar o si sentimos que hemos perdido nuestra intimidad con Él, este es el momento para rendirnos nuevamente. Dios siempre está dispuesto a perdonarnos y a restaurar nuestra relación con Él.
Oración
Señor, gracias por el privilegio de poder adorarte. Ayúdanos a rendirnos completamente a Ti, no solo con nuestras palabras, sino con nuestras vidas. Queremos adorarte en espíritu y en verdad, con corazones puros y mentes renovadas por Tu Palabra. Perdónanos por cualquier cosa que nos haya alejado de Ti y restáuranos a una relación íntima contigo. Que nuestra vida diaria sea un reflejo de Tu gloria y que, en todo lo que hagamos, te honremos y te adoremos. Amén.
About this Plan
Amistad Cristiana quiere compartir contigo este devocional sobre las 'marcas de un discípulo'. Este plan te ayudará a entender cómo vivir como seguidor de Jesús, creciendo en fe y reflejando una vida transformada por Su amor. Es una invitación a conocer más a Dios y a vivir según Su propósito. ¡Te animamos a descubrirlo y aplicarlo en tu vida!
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