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Cinco Luces

DAY 3 OF 5

DEVOCIONAL

Una esposa joven acababa de enviudar, la sugerencia que le hicieron: “¿Qué tan difícil sería volverte a casar?”, no fue su prioridad. Su suegra también había perdido no solo a su esposo, pero a sus dos hijos. Esta joven mujer le dijo a su suegra: “¡No me pidas que te deje y me aparte de ti! A dondequiera que tú vayas, iré yo; dondequiera que tú vivas, viviré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios será mi Dios" (Rut 1:16 RVC)

No tienen nada, Noemí solo espera poder regresar a su tierra y su parentela. Rut le acompañó, le siguió inseparablemente y le sirvió como si fuera su propia hija; Rut sabía que ambas estaban desamparadas, pero no se apartó de su lado, dejando a un lado sus propios intereses, su propia tierra y aún a sus dioses. Hizo lo que se acostumbraba en Israel, atenerse a la misericordia de los cosechadores y poder llevar a casa, aunque sea un bocado de pan.

¿No es esa misma condición de desesperación en la que Dios permite que florezca Su gracia y Su favor? Cuando lo hemos perdido todo, cuando no tenemos más de qué echar mano, cuando fallan los amigos, parientes, conocidos, influencias, cuando no queda nada más de que aferrarse. Es entonces cuando en el completo desamparo y vulnerabilidad la gracia de Dios brilla más.

Para esa condición de necesidad la Biblia usa la palabra “menesteroso” (Falto, necesitado, carente, pobre o indigente). Es la condición de muchos, pero esta también es la condición espiritual de todos delante de Dios.

La buena noticia es que Dios; quien es rico en misericordias, se deleita en mostrar su gracia y favor precisamente a tales personas. Como lo dice el salmo 113. “Él levanta del polvo al pobre, y al menesteroso alza del muladar, para hacerlos sentar con los príncipes, con los príncipes de su pueblo” (Sal. 113:7, 8 RVR60).

Rut, una mujer que no era del pueblo de Israel, viuda, que no tenía a quien echar mano, Dios le tomó de su mano derecha y le hizo sentarse en la genealogía del Rey David y por tanto, en la familia de Jesucristo, nuestro Salvador. Es el mismo redentor que nos invita a salir de la oscuridad para ser iluminados con la luz de su gracia.

MEDITACIÓN

¿En quién tienes tu confianza?

¿A quién recurres cuando hay problemas en tu casa?

Dios extiende Su gracia cada día y su misericordia se renueva cada mañana. Hoy también nos invita a recibirla, no nos ganamos su gracia, Él la extiende libremente sobre todo el que la necesita.

ORACIÓN

Señor Jesús, agradezco tu favor y tu gracia para mi vida, sé que tú eres la persona que nunca me fallará, quien siempre estará ahí esperándome con los brazos abiertos cuando lo necesite. Extiende sobre mi tu gracia el día de hoy, te lo pido en Cristo Jesús, amén.

Scripture

Day 2Day 4