Las Bienaventuranzas: La Marca Del Ciudadano Del ReinoSample
Día 2: Llorando y feliz
"Bienaventurados los que lloran, pues ellos serán consolados" (Mateo 5:4).
La gente llora, sufre o se deprime por razones incorrectas. ¿Como cuáles? Ídolos del corazón. Dime cuáles son los ídolos de tu corazón y te daré la causa de tu depresión.
Si uno de tus ídolos es la salud, estar bien, no sufrir ni enfermar, cuando el doctor te diga que tienes diabetes, te deprimirás. Si tu ídolo son tus hijos, cuando se vayan de casa, te deprimirás. Si tu ídolo es tu esposo, cuando te defraude, te deprimirás. Si tu ídolo es la limpieza del hogar, cuando encuentres la casa sucia, te deprimirás, te enojarás y gritarás.
Pero no es el llanto del que Jesús habla en el versículo 4. Este es un llanto egoísta, egocéntrico, humano, carnal y pecaminoso.
Otra razón por la que lloramos es que no sabemos enfrentar las circunstancias de la vida. Cuando llegan eventos que consideramos “negativos”, no sabemos cómo responder. Pero el ciudadano del Reino se caracteriza por ser plenamente feliz, alegre, reír y se gozarse.
La razón de esa alegría viene de una fuente "aparentemente extraña". Jesús dice que únicamente los que lloran son felices. ¿De qué lloran los hijos del Rey? ¿Qué les causa tanto dolor? Los ciudadanos lloran (vs. 4) por la absoluta pobreza de sus corazones (vs. 3).
Los hijos de Dios lloramos porque vemos nuestro pecado. No se trata solo de lágrimas literales. La idea de "llorar" es lamentarse, aullar de dolor, dolerse profundamente, ¡porque caemos una y otra vez! ¡Porque nos damos cuenta de la pobreza espiritual en la que nos encontramos!
Pero si ya soy salvo, ¿debo seguir llorando por mi pobreza espiritual?
¡Claro! Debido a que eres salvo, lloras por tu pobreza espiritual. Te das cuenta de cuánto te falta, de cuán a menudo caes, de cuánto aún anhelas pecar. El ciudadano del Reino llora diariamente, porque diariamente cae.
El ciudadano genuino no puede llegar a casa y encender la televisión sin antes clamar por limpieza de corazón, porque tuvo malos pensamientos. No puede jugar en el PlayStation cuando en su teléfono hay pornografía. El ciudadano del Reino no puede normalizar su pecado.
Y no se queda allí, sino que hace hasta lo imposible por no caer otra vez.
No se trata de "hacerte sentir como el peor". No se trata de "llorar por llorar", sino de un llanto verdadero, profundo y genuino que abre la puerta a la consolación que tanto buscamos cuando pecamos. Cuando nuestras faltas son muchas, Su gracia es mayor. El Padre espera pacientemente el arrepentimiento de Sus hijos, y una vez que llegas a Su abrazo, sientes toda la felicidad del mundo. Recibes una doble clase de felicidad.
Conclusión
Vivamos cultivando esta clase de lágrimas que purifican nuestro corazón. Nos hacen sensibles al pecado, y nos ayudan a repudiarlo de inmediato.
Y quiero que sepan algo: no será así para siempre. Vendrá un día en que las lágrimas serán limpiadas para siempre. Y, ¿sabes quién las limpiará? Nuestro Rey en persona.
Véanlo ustedes mismos en Apocalipsis 21:4:
“Él enjugará toda lágrima de sus ojos, y ya no habrá muerte, ni habrá más duelo, ni clamor, ni dolor, porque las primeras cosas han pasado”.
Pero, mientras tanto, no lo olvides, los ciudadanos del Reino se caracterizan en que son inmensamente felices porque cada vez que pecan lloran profundamente. Pero, sus lágrimas son cambiadas por el gozo de la consolación del Rey. Con un abrazo perfecto y lleno de gracia.
About this Plan
En este plan devocional de 8 días, en compañía del pastor Josué Ortiz, nos sumergiremos en las profundas enseñanzas del Sermón del Monte, explorando las características que definen a los ciudadanos del reino de Dios. A través de este recorrido, descubriremos cómo estas bienaventuranzas no solo describen la esencia y personalidad de Dios, sino que también revelan la obra transformadora que Él realiza en nuestros corazones. Descubre cómo vivir como un verdadero ciudadano del Reino, experimentando la doble felicidad que Jesús promete a Sus hijos.
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