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Perseverancia

por Rocky Fleming

Escritura: "Por lo tanto, ya que tenemos una nube tan grande de testigos que nos rodea, despojémonos también de todo estorbo y del pecado que tan fácilmente nos enreda, y corramos con perseverancia la carrera que tenemos por delante" (Hebreos 12:1).

Pensamiento: En este pasaje vemos un par de cosas que debemos tener en cuenta. En primer lugar, crecer en nuestra perseverancia es como una carrera larga... tal vez incluso una maratón. No es un sprint rápido hasta la línea de meta, como una carrera de 100 metros. Requiere un ritmo lento y metódico con una estrategia para terminar la carrera. El corredor de maratón tiene que estar preparado para muchas cosas que lo empujarán a abandonar. Está el clima, la fatiga, las lesiones y, por supuesto, el ritmo al que el delantero está sometiendo a todos. Esto contribuye a la deserción. Sin embargo, el mayor culpable es el desánimo, y es por eso que los corredores quieren que la gente vea su coraje al superar los desafíos que se les presentan. Quieren oír voces familiares que los animen. Estas voces, junto con nuestra actitud interna de nunca rendirnos, nos hacen superar el desánimo que estamos sintiendo.

Otra cosa que vemos es la necesidad de aligerar la carga para que podamos funcionar de manera efectiva. Un corredor de maratón no puede correr una carrera exitosa con ropa de calle y botas pesadas. No podrán competir y es probable que no puedan terminar su carrera. De manera similar, debemos "dejar a un lado todo estorbo y el pecado que tan fácilmente nos enreda", para correr eficazmente nuestra carrera cristiana. De lo contrario, podemos abandonar, o al menos tropezar en nuestra línea de meta y apenas terminar.

Aplicación: Entonces, ¿cómo estás corriendo tu carrera? La primera revisión que debo hacer conmigo mismo cada día mientras me preparo para otra etapa de mi maratón espiritual es preguntarme si tengo algún estorbo o pecado al que me estoy aferrando. Sé que mi corazón puede ser recto al servir, y sé que mi esfuerzo puede ser valiente y gallardo. Pero también sé que no tendré el recurso espiritual que necesitaré si las cosas no están bien con mi Señor y conmigo. Una condición pecaminosa a la que me aferro acabará con mi fuerza y perseverancia. Mi alma debe estar sana para correr mi carrera lo mejor que pueda.

¿Qué es un gravamen? Definido significa: obstáculo, obstrucción, obstáculo, impedimento, restricción, desventaja, inconveniente, molestia, desventaja e inconveniente. No tiene que ser un pecado. Podría ser la falta de fe, o el miedo, o la falta de esfuerzo. Podría ser pereza o desánimo. Estas cosas debilitan a un corredor de maratón, y es mejor que creas que harán lo mismo con nuestra carrera cristiana. ¿Qué hacemos al respecto?

Respuesta: Como compartí antes, lo primero que hago cada día es mirar cualquier área de mi vida y preguntarme si hay algo que no está bien con Dios. También le pido que revele cualquier cosa que yo no esté viendo. Sé que hará que mi carrera sea mucho más fácil de correr sin ese peso extra de pecado no confesado o malos hábitos. Permite que este tiempo sea un tiempo para buscar la misma respuesta para ti mismo. Quítate esa carga innecesaria y vuelve a tu carrera. Corre tu carrera para terminar bien marcando tu ritmo ahora. Persevera... y gana.