¿Cómo superar las batallas que enfrento como joven?Sample
La falta de lealtad es mi mayor debilidad.
Estoy segura que al momento de leer este título, quizás lo primero que viene a tu mente, son las excusas de por qué consideras que no aplicaría para ti. "Esa jamás sería mi debilidad, yo soy fiel, soy leal", buscar razones, creernos perfectos, afirmar lo leales que pensamos que somos. Y, no es porque no pueda ser así, es probable que hasta lo seas, pero bien dice la palabra en 1 Corintios 10:12: "Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga". ¿Por qué estoy segura que así fue? Pues soy una de las personas que al momento de leerlo pensé que de todos los títulos este era el que menos me correspondía, porque a nuestra naturaleza le es más difícil reconocer aquello que puede ser una debilidad o que debemos cuidar que no se vuelva una. Pero cómo es posible superar algo, si no lo reconocemos primero, si no somos humildes al reconocer que podríamos caer en eso o peor aún que en algún momento hasta con una simple mentira sobre algo o alguien ya lo hemos sido. Por esto, debemos pedir a Dios que nos examine, que escudriñe lo más profundo de nosotros y que nos revele aquello con lo que debemos batallar hasta vencerlo, hoy entreguemos toda falta de lealtad que podamos tener.
Dios, nos pondrá a prueba a ver qué tan leales somos no solo con Él, sino con quiénes nos ha puesto cerca. Proverbios 6:2 dice: "Te has enlazado con las palabras de tu boca". Lo que decimos forma una alianza y manda un mensaje para que sea probado, a ver si vamos a mantenerlo aún en momentos de presión, la misma lealtad que juramos tener. Así mismo le sucedió a Pedro cuando le decía a Jesús que aunque todos lo abandonen él jamás lo haría, pero Jesús le dice que antes que el gallo cante, él lo habrá negado 3 veces. Algo que de seguro él mismo no se estaba esperando y que se dio cuenta luego de haberlo hecho. Si esto le ha sucedido a Pedro, que caminó sobre las aguas, que tuvo a nuestro Señor cerca, realmente quiénes somos nosotros para creer que no nos podría suceder. Con esto no digo que no sea posible mantener una vida de lealtad, pero eso solamente es posible cuando aprendemos a depender del Único que siempre es y será fiel, que es Dios, cuando le llevamos a Él nuestras debilidades.
Hay dos ejemplos en la Biblia que nos enseñan sobre la lealtad. Y, siempre que caigamos en esta debilidad, dónde nuestra fidelidad es probada, vamos a tener dos opciones. Está la historia que te he mencionado sobre Pedro, pero al final vemos como todo eso le sirvió para ser de los mejores discípulos que Jesús tuvo, el que terminó entregando su vida a servirle y que luego de Jesús resucitar aún sabiendo lo que había hecho decidió volver a Él y dejar que Él restaure y haga nuevo lo que él había hecho mal. Pero está también la historia de Judas que decidió traicionarle de la forma que podríamos catalogar más baja, pero que luego en lugar de enfrentar lo que había hecho volviendo a Jesús decidió terminar con su vida. En lugar de reconocer que falló, dejó que la vergüenza pueda más que lo que el Maestro ya le había enseñado. No se trata de ser Pedro o Judas, porque ambos tuvieron la misma oportunidad y de formas distintas ambos fueron desleales, pero lo que definió quiénes eran realmente es lo que hicieron después de fallar, de nuestras decisiones dependen si hacemos que nuestra vida se transforme o que simplemente termine con la falta que hemos cometido.
Hoy quiero decirte que entregues tu falta de lealtad al Señor. Nuestro Padre Dios puede hacer que todo sea restaurado y de todo error que hayas cometido sacar lo mejor de ti. Un momento de debilidad no es lo que te define, eres mucho más que eso y aun por encima de ello Dios no dejará de amarte, Él te perdona, si has fallado a alguien no tengas miedo de pedir perdón, de perdonarte a ti mismo y de buscar sanar lo que un momento de debilidad te hizo perder. Tú no eres esa deslealtad que cometiste, ya sea, con un amigo, tu pareja, familiar o hasta en un lugar de trabajo. Tú eres un hijo de Dios que no son sus errores los que le definen, porque cómo nos dice en Hebreos 10:23 TLA:
"Sigamos confiando en que Dios nos salvará. No lo dudemos ni un instante, porque él cumplirá lo que prometió" (1 Corintios 1:9 NVI).
Por encima de todo está Él siendo fiel y dejándonos el mejor ejemplo para que también lo seamos, la verdadera lealtad viene del amor a Dios. Cuando aprendemos primero a ser cada vez más leales a Dios, es cuando esa lealtad vamos a poder hacerla nuestra para que toda debilidad sea quebrantada.
"Fiel es Dios, quien los ha llamado a tener comunión con su Hijo Jesucristo, nuestro Señor" Imitemos su fidelidad y que en el nombre de Jesús, desde hoy y para siempre la lealtad se quede permaneciendo en tu vida.
La lealtad, entendida como amor, fidelidad y compromiso, es un valor que la Biblia destaca en diversas áreas de la vida para vivir de manera leal a Dios, a la familia y a los demás.
Como discípulos de Jesús, demostramos nuestra lealtad y sacrificio al obedecer Su mandamiento: "Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame" (Marcos 8:34). Pero aun cuando no somos completamente leales y fieles a Él, tenemos la seguridad de que Él permanecerá leal con nosotros: "Y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo" (Mateo 28:20).
About this Plan
En nuestra juventud, muchas cosas nos abruman pero no sabemos como enfrentarlas. Es por esto que este plan nos ayudará a identificar con qué estamos luchando y cómo, a través de la Palabra de Dios, podemos derribarlo.
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