Pablo: Pasado, presente y el propósito de tu vidaSample
La oscuridad de nuestra ira
¿Alguna vez te has sentido consumido por la ira hasta el punto en que controla cada uno de tus pensamientos y acciones? Es un sentimiento que todos hemos experimentado en algún momento, pero es importante recordar que tenemos una opción. Podemos vivir en la oscuridad de nuestra ira o en el resplandor de Cristo.
Tu enojo es probablemente válido. Apuesto a que, si nos sentáramos y habláramos, podrías convencerme de que estás enojado por una razón válida. Fuiste herido o lastimado, o una persona o situación te privó de algo. Tal vez incluso estás enojado con Dios. Quiero animarte a vivir en el resplandor de Cristo en lugar de en la oscuridad de tu ira. Sé que puede ser difícil dejarlo ir y decir: «Señor, la venganza es tuya. Tú arreglas las cosas, no yo».
No es fácil dejar ir la ira y la amargura, pero es crucial para nuestro bienestar y nuestra relación con Dios. Pablo, el apóstol, proporciona un poderoso ejemplo de esto. Pablo pasó de la oscuridad de su ira al resplandor de Cristo. La historia relata que fue derribado de su caballo. Dios puede llevarnos de una posición elevada a una humilde muy rápidamente. Charles Spurgeon, el predicador, dijo: «Pablo fue un gran hombre. No tengo ninguna duda de que en el camino a Damasco montó un caballo muy alto. Pero unos segundos bastaron para cambiar al hombre. ¡Qué pronto lo derribó Dios!».
La humildad es clave en nuestra relación con Dios y con los demás. El teólogo John Stott dijo: «La autoridad por la cual un líder cristiano dirige no es el poder sino el amor, no forzando a otros sino con el ejemplo, no por la coerción sino mediante la persuasión razonada. Los líderes tienen poder, pero el poder solo está a salvo en manos de aquellos que se humillan para servir». Martín Lutero, la figura central de la Reforma, nos recuerda: «Dios crea de la nada. Por lo tanto, hasta que un hombre no tenga nada, Dios no puede hacer nada de él». Jesús lo expresa así: «Separados de mí no pueden ustedes hacer nada» (Juan 15:5, NVI). Tú y yo, en humildad, debemos hacernos pequeños ante elSeñor y decir: «Señor, camino en tu gracia y perdón. Soy pequeño ante ti. Camino en humildad delante de ti».
Solo cuando dejamos ir nuestro orgullo y enojo podemos experimentar plenamente la gracia y el amor de Dios. ¿Con quién estás enojado? ¿Quién está en la cárcel de tu mente y ni siquiera lo sabe? Pídele al Señor que sane tu corazón para que puedas comenzar a vivir en el resplandor de Cristo.
Scripture
About this Plan
El pasado de Pablo estaba lleno de pasión mal dirigida. Pero cuando Jesucristo se le aparece, Pablo cambia radicalmente. Dios perdonó a Pablo por sus pecados pasados y luego lo usó para ser uno de los más grandes cristianos en la historia de la fe. Si Dios perdonó a Pablo, Él puede perdonar a cualquiera y darle un propósito. Pablo cambió el mundo porque permitió que Dios lo cambiara.
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