Pablo: Pasado, presente y el propósito de tu vidaSample
¿Dónde están tus pasiones?
¿Alguna vez has tenido deseos mal dirigidos? ¿Estabas tan seguro y apasionado por algo solo para luego enterarte de que habías estado equivocado todo el tiempo? Probablemente sentiste que todo era en vano. Pero en la vida cristiana, eso no es cierto. Nuestro trabajo nunca es en vano. Cuando Dios nos lleva de la muerte a la vida, Él usa todo nuestro pasado para su gloria y nuestro bien. Llegamos a ver que Él había estado orquestando todo y atrayéndonos a Él. Ese fue el caso de Pablo, quien anteriormente era conocido como Saulo. Pablo tenía un pasado del que no estaba orgulloso, ya que entonces provocó asesinatos y amenazas contra los creyentes en Cristo. Sin embargo, Dios lo transformó y se convirtió en uno de los más grandes apóstoles de todos los tiempos.
Al reflexionar sobre la historia de Pablo, recordemos que nuestros deseos pueden estar mal dirigidos, pero el objetivo es que no lo sean. El Señor nos permite ser apasionados, pero requiere un verdadero trabajo del corazón para asegurarse de que nuestras pasiones estén en el lugar correcto. Estar apasionados por nuestro trabajo, familia, pasatiempos e incluso nuestro matrimonio e hijos es importante. Sin embargo, nuestra máxima pasión debe ser Jesucristo. No se trata de amar menos a nuestra familia, sino de amar más a Jesús.
C. S. Lewis dijo una vez: «Pon primero lo primero y obtendrás segundas cosas. Pon las segundas cosas primero y perderás ambas». De la misma manera, Jesús nos enseñó esto: «Más bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas». Es fácil desviarnos en nuestras pasiones e idolatrar a nuestros hijos, trabajo, pasatiempos, conveniencia, dinero y crecimiento. Pero si buscamos primero el reino y la justicia de Dios, todas estas cosas caerán en su lugar. Nuestros deseos se alinearán con la voluntad y el propósito de Dios para nuestras vidas.
No vivamos con una pasión mal dirigida. Pongamos primero lo primero y busquemos el reino y la justicia de Dios por encima de todo. Al hacerlo, nuestras pasiones se transformarán y nos dirigirán hacia lo que realmente importa. Entonces, como Pablo, podremos usar nuestros dones dados por Dios, no para nosotros mismos, sino para su reino y sus propósitos.
Nosotros también podemos ser usados por Dios para hacer cosas asombrosas que durarán por la eternidad. ¿Dónde están tus deseos? ¿Los has puesto ante el Señor para asegurarte de que estén donde deben estar? Ponlos delante de Él hoy.
About this Plan
El pasado de Pablo estaba lleno de pasión mal dirigida. Pero cuando Jesucristo se le aparece, Pablo cambia radicalmente. Dios perdonó a Pablo por sus pecados pasados y luego lo usó para ser uno de los más grandes cristianos en la historia de la fe. Si Dios perdonó a Pablo, Él puede perdonar a cualquiera y darle un propósito. Pablo cambió el mundo porque permitió que Dios lo cambiara.
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