Pablo: Pasado, presente y el propósito de tu vidaSample

Solo Dios

¿Alguna vez te has detenido a considerar tu increíble viaje en Cristo, desde tus errores pasados hasta la vida llena de propósito que llevas hoy? En su carta a los Gálatas, Pablo reflexiona sobre el camino al que el Señor lo había llevado. Al leer este devocional, Pablo proporciona un poderoso ejemplo de cómo podemos abrazar nuestro pasado, presente y propósito en la vida.

Las reflexiones de Pablo nos recuerdan el poder transformador de Dios y la importancia de vivir nuestras vidas con significado y propósito. Pablo reconoce que todos hemos cometido errores y hecho cosas de las que no estamos orgullosos y que desearíamos poder deshacer. Sin embargo, podemos aceptar nuestro pasado. En lugar de detenerse en sus errores pasados, Pablo se enfoca en la transformación que Dios ha hecho en su vida. Nos recuerda que, independientemente de nuestros errores pasados, Dios está dispuesto a perdonarnos y transformarnos. El pasado de Pablo estaba lejos de ser perfecto. Una vez fue un perseguidor de cristianos e incluso estuvo presente cuando Esteban fue apedreado hasta la muerte. La vida de Pablo cambió para siempre a través de su encuentro con Jesucristo en el camino a Damasco. Pasó de perseguir a los cristianos a convertirse en uno de los apóstoles más influyentes de la Iglesia primitiva.

Pero no podemos quedarnos en nuestro pasado; debemos aceptar nuestro presente. Pablo enfatiza la importancia de vivir en el momento y aprovechar al máximo las oportunidades que Dios nos da. Nos recuerda que Dios tiene un propósito para nuestras vidas. Nuestros errores o deficiencias pasadas no limitan ese propósito. Es fácil quedar atrapado en el pasado y permitir que nuestros errores nos definan. Sin embargo, Pablo nos recuerda que nuestro presente es lo que importa. Hoy tenemos la oportunidad de hacer una diferencia, servir a Dios y cumplir nuestro propósito.

Aunque nuestro pasado está lleno de errores, nuestro presente y nuestro propósito nos mantienen de pie. El propósito de Pablo era claro: difundir las buenas nuevas a los gentiles. A pesar de la oposición, la persecución y el encarcelamiento, Pablo nunca vaciló en su propósito. Se mantuvo firme en su misión, sabiendo que Dios lo había llamado y lo sostendría.

Toma tiempo hoy para reflexionar sobre tu pasado, presente y propósito. Pídele a Dios que revele su plan para tu vida y que te de la fuerza y el valor para cumplirlo. No tienes que ser retenido por tu culpa y vergüenza, debes saber que Jesús pagó por eso en la cruz. ¡Eres libre!