Devocional Del Día | EneroSample

Visión del futuro.

Génesis 25:29-34

Un día, Jacob estaba cocinando un guiso. Esaú volvió del campo, hambriento. Esaú le dijo a Jacob: “Dame un poco de ese guiso rojo, ¡tengo hambre!”. Así fue como llegó a ser llamado Edom (Rojo).

Jacob dijo: “Hazme un intercambio: mi guiso por tus derechos como el primogénito.”

Esaú dijo: “¡Me muero de hambre! ¿De qué sirve un derecho de nacimiento si estoy muerto?

Jacob dijo: “Primero, júrame”. Y lo hizo. Bajo juramento, Esaú renunció a sus derechos como primogénito. Jacob le dio pan y el guiso de lentejas. Comió y bebió, se levantó y se fue.

Hay cosas y hay personas que siempre van a tener rivalidad, siempre, siempre. Uno de estos ejemplos: La Coca versus la Pepsi, en el fútbol Barcelona versus Real Madrid. Y en la Biblia, vemos una rivalidad muy fuerte; y esa rivalidad es la de Jacob y Esaú, aunque ambos eran hermanos y tenían promesas de Dios. Había una contienda, una rivalidad, el mayor era Esaú y antiguamente se acostumbraba que el mayor tuviera mas derechos, él mayor tenia herencia, pero hay algo importante aquí, un día Esaú llegó y dijo dame de tu guisado tengo hambre y Jacob listo si se puede decir hasta traicionero se aprovecho de esto y le dijo pues si tienes hambre intercámbiame tus derechos de primogénito y yo te voy a dar este guisado. Tal vez una respuesta apresurada, una respuesta simplemente al hay se va, dijo de que sirve un derecho de nacimiento si estoy muerto, puso una necesidad momentánea antes que su futuro en la vida.

Y muchas veces nosotros podemos perder oportunidades, puertas abiertas de parte de Dios, porque vemos lo momentáneo, sin pensar, sin planear en lo futuro. Una persona que no cuida su futuro, es una persona que no es constante, ni siquiera es visionaria; Esaú no tuvo visión para el futuro, en realidad lo único que veía era su hambre momentánea, pero Jacob estaba viendo a lo futuro y no en el instante y en este pasaje podemos ver algo que Dios nos llama a cuidarnos, no simplemente en lo momentáneo sino también en el futuro.

Ahora esto no habla de algo enfermizo, que no tenemos paz si dejamos de confiar en Dios para lo que Él tiene para nosotros el día de mañana, pero si habla de planificar, de pedirle a Dios dirección para el futuro, sí, habla de visión.

Medita: ¿Qué tanta visión tengo de mi futuro? ¿Qué tanto veo para el día de mañana? ¿O simplemente estoy concentrado en las lentejas de hoy?