Devocional Del Día | EneroSample

Bendición en el dolor.

Pasaje central: Génesis 35:17-20

Salieron de Betel. Todavía estaban bastante lejos de Efrata cuando Raquel se puso de parto, trabajo duro, duro. Cuando sus dolores de parto estaban en su peor momento, la partera le dijo: “No tengas miedo, tienes otro niño”. Con su último aliento, porque ya se estaba muriendo, ella lo llamó Ben-oni (Hijo-de-mi-dolor), pero su padre lo llamó Ben-jamin (Hijo-de-la-buena-fortuna). Raquel murió y fue sepultada en el camino a Efrata, es decir, Belén. Jacob erigió una columna para marcar su tumba.

Raquel era la esposa que Jacob (Israel) amaba, era su tesoro, la mujer de su vida. Él trabajó por ella 7 años y después otros 7 años más.

Al final de sus días en esta tierra ella estaba embarazada, pero a la hora del parto, se le complicó. Antes de morir pudo ponerle el nombre a su hijo, lo llamo Ben-oni, que significa Hijo de mi dolor, que nombre tan triste; pero el Jacob al entender la importancia de bendecir a su hijo le cambio el nombre a Ben-jamin que significa hijo de la buena fortuna.

Son completamente diferentes los dos nombres, aunque ambos inician con Ben, que significa hijo; uno era bendición y otra maldición, Raquel lo maldijo, Israel lo bendijo… Aunque ambos eran sus padres.

Es importante que nosotros entendamos la bendición que le damos a nuestros hijos. Bendecir es bien decir. Debemos de tener cuidado de no declarar palabras ociosas, o de falta de fe o de falta de valor para sus vidas, al contrario, lo que debemos de hacer es ser una fuente de bendición para nuestra familia aun en medio del dolor.

Medita: ¿Bendices a tus hijos en todo momento, hasta en los momentos de dolor?