Devocional Del Día | EneroSample

Dios no hace lo que yo quiero.

Pasaje central: Mateo 21:6-9

Entonces los dos discípulos se adelantaron e hicieron como Jesús les había mandado. Le trajeron la burra y su pollino, y pusieron sus mantos y mantos de oración sobre el pollino, y Jesús montó sobre él. Entonces se reunió una multitud excepcionalmente grande y alfombraron el camino delante de él con sus mantos y mantos de oración. Otros cortaron ramas de los árboles para esparcirlas en su camino. Jesús cabalgaba en el centro de la procesión, la multitud yendo delante de él y la multitud viniendo detrás de él, y todos gritaban: “¡Señor, trae la victoria, O “Hosanna”, una palabra aramea que significa “¡Oh, salva (trae la victoria), Señor!” ¡Hijo de David! ¡Él es el bendito enviado por el Señor Yahvé! Celebramos con alabanzas a Dios en las alturas!”.

El contexto de este versículo es que cuando una persona importante llegaba a la ciudad la gente lo recibía con gritos, aplausos, pero sobre todo con caballos y carros de guerra. Esto significa que era una persona reconocida, victoriosa, con un buen estatus. En la actualidad seria como llegar a la ciudad con automóviles del año.

Con eso en mente, imagínate la escena: Jesús debe entrar a Jerusalén, para ello manda a Aus discípulos a un establo, y les pide una burra con su pollino. Esto refleja dos cosas del carácter de Jesús. La humildad, y el cuidado con los detalles, Él no pidió un caballo de guerra, sino una burra que acababa de tener una cría; Jesús no deseaba llamar la atención por las cosas materiales que podía obtener.

Después de entrar en Jerusalén con la burra y el pollino, la gente lo recibió con gritos diciendo: Hosanna al hijo de David. Lo que estaban haciendo era reconocer a Jesús como el Mesías, pero al gritar: “Hijo de David”, claramente esperaban que Jesús tomara Su lugar de rey, derrocando inmediatamente al César. Pero Jesús no hizo eso, Él sabía que Su victoria estaba en la cruz.

Muchos quieren la victoria antes de la cruz, pero la verdadera victoria viene después de la resurrección.

Medita: ¿Soy humilde en mi caminar en la vida? ¿Soy una persona que entiende que la victoria vendrá por el sacrificio?