La Biblia con Nicky y Pippa Gumbel 2022Sample
Seis pasos hacia una vida centrada en Dios
William Temple fue arzobispo de Canterbury (de 1942 a 1944) al igual que su padre lo fue antes que él. Entre sus destacados logros está el de haber escrito un magnífico comentario al Evangelio de Juan. Este comentario, titulado *Lecturas en el Evangelio de San Juan, lo* escribió todo mientras oraba de rodillas ante Dios. Hablando de la alabanza escribió lo siguiente: «La alabanza es la rendición de toda nuestra naturaleza a Dios. Es el despertar de la conciencia por su santidad, el alimento de la mente con su verdad, la purificación de la imaginación por su belleza, la apertura del corazón a su amor, la rendición de la voluntad a su propósito... y todo esto recogido en la adoración». La alabanza nos salva de estar centrados en nosotros mismos y nos hace estar *centrados en Dios*. Fuiste creado para vivir en una relación con Dios. Esta tendría que ser tu prioridad número uno. Si pones a Dios primero en tu vida, vendrán todo tipo de bendiciones. Porque Dios te ama y Él te advierte de los peligros de ignorar el designio de tu vida. Pero, ¿qué significa llevar una vida centrada en Dios y qué pasos necesitas dar para llegar a ella?Salmos 47:1-9
Alaba a Dios
Has sido invitado a alabar a Dios.
En este salmo, la alabanza suena muy emotiva y ruidosa: «Aplaudan, pueblos todos; aclamen a Dios con gritos de alegría [...] Dios el Señor ha ascendido entre gritos de alegría y toques de trompeta» (vv.1,5). Esto también incluye cantar mucho (vv.6–7).
En la alabanza se da una gran profusión a medida que la adoración y el asombro ante Dios crecen como el agua que ebulle, derramándose de una manera desmesurada.
Todas estas son maneras exteriores de expresar tu alabanza al Señor. La alabanza incluye el uso de las emociones para expresar tu amor y gratitud por Dios y darle honor.
Como escribe Joyce Meyer:
«Dios nos dio la emociones para más propósitos que el de simplemente entusiasmarnos en un juego de deportes o con un nuevo automóvil. Seguro que Dios quiere que empleemos nuestras emociones para expresarle amor y gratitud... si liberáramos adecuadamente nuestras emociones durante los tiempos de alabanza y adoración, puede que dejáramos de liberar nuestras emociones en otros momentos inadecuados».
Señor, hoy me rindo a ti. Despierta mi conciencia con tu santidad; alimenta mi mente con tu verdad y purifica mi imaginación con tu belleza para abrir mi corazón con tu amor. Rindo mi ser entero a tus designios, te alabo y te adoro.
Lucas 18:1-30
Ora con constancia
Una vida centrada en Dios es una vida de oración constante. Jesús enseñó a sus discípulos a «orar siempre, sin desanimarse» (v.1). Con Dios puedes hablar en cualquier sitio y a cualquier hora, no solo en la iglesia o en los tiempos de oración establecidos. Desde los principios de mi vida cristiana, me enseñaron a «hablar al andar» durante el día.
Jesús cuenta la parábola de la viuda y el juez injusto, el cual finalmente accede a sus peticiones para que deje de molestarle y hacerle la vida imposible (vv.4–5). Jesús explica que si un juez injusto escuchó la petición de una viuda, cuanto más escuchará Dios a aquellos que «claman a él día y noche» (v.7b).
3. Humíllate
La humildad no es algo que te ocurre sino que es algo que tienes que practicar tú mismo. En vez de exaltarte, tienes que «humillarte» y Dios promete que Él te exaltará (v.14).
Si nos comparamos con los demás, puede que nos volvamos como el fariseo y acabemos dando gracias a Dios por no ser como la otra gente: «ladrones, malhechores, adúlteros» (v.11). El fariseo «confiaba en sí mismo y se creía justo» (v.9). Cayó en la trampa de confiar en su propia santidad. Si nuestras vidas están verdaderamente centradas en Dios (con nuestras conciencias despiertas por Su santidad), nos comparamos con Él y todo lo que podemos decir es: «¡Oh Dios, ten compasión de mí, que soy pecador!» (v.13). La verdad es que todos somos pecadores y todos necesitamos la misericordia de Dios.
Me resulta muy fácil leer este pasaje y dar gracias a Dios porque no soy como el fariseo. Pero al hacerlo, caigo en la misma trampa que Jesús está describiendo: pensar que soy más justo que los demás, en vez de reconocer mi pecado y mi necesidad de Dios. Este es precisamente el pecado del fariseo.
4. Sé como un niño
A veces los «pequeños» (v.15) (los niños o jóvenes en una iglesia), son descritos como «la iglesia del futuro». Pero de acuerdo con Jesús, no son solo la iglesia del futuro sino que son la iglesia de hoy: «El reino de Dios es de quienes son como ellos» (v.16).
Jesús nos llama a hacernos como niños. Nunca nos dice que seamos infantiles (en el sentido de ser simplones) sino que nos dice que seamos como niños.
Ser como niños es lo opuesto a ser independientes y «adultos». Los niños tienden a ser abiertos, receptivos, confiados, humildes y amorosos, así como a perdonar. Una vida centrada en Dios es una vida de dependencia de Él como un niño.
Te vuelves a hacer niño cuando muestras y compartes tus sentimientos con honestidad, reconoces lo frágil y vulnerable que eres y lo mucho que necesitas a Dios y a los demás.
Por instinto los niños tienden a explorar y descubrir su entorno. Ni se quedan en el pasado, ni se conforman con el presente, sino que miran adelante, con una curiosidad insaciable, hacia el futuro, impulsados por la sorpresa y una inmensa capacidad de disfrute.
Cultiva la libertad de responder instintivamente, como un niño, y de sentir y expresar sorpresa, maravilla, amor y gozo; para ir de prisa y decido a explorar, probar y descubrir las cosas por ti mismo.
5. Sigue a Jesús
No hay nada más satisfactorio que seguir a Jesús. Pedro le dice a Jesús: «Nosotros hemos dejado todo lo que teníamos para seguirte» (v.28), a lo que Jesús responde: «Les aseguro que todo el que por causa del reino de Dios haya dejado casa, esposa, hermanos, padres o hijos, recibirá mucho más en este tiempo; y en la edad venidera, la vida eterna» (vv.29–30).
Jesús llama al dirigente rico a una vida centrada en Dios. Le llama a dejarlo todo y seguirle (v.22). Puede que Jesús viera en él un potencial de ser como el apóstol Pedro o Mateo, o como alguno de los otros que respondieron positivamente cuando Jesús dijo «sígueme».
Cuanto más acumulamos, es más difícil vivir una vida centrada en Dios. El dirigente rico «se entristeció mucho, pues era muy rico» (v.23). No es imposible que los ricos entren en el reino de los cielos (v.27), pero es muy difícil (vv. 24-25). No lo es porque los requisitos sean mayores sino porque el riesgo parece ser mayor.
De hecho, es imposible que ninguno de nosotros, incluyendo al rico, entre en el reino de Dios gracias a la fuerza de nuestros propios logros (vv.24-25). Pero con Dios, es posible que cualquiera, incluyendo el rico, entre en el reino de Dios (v.27). Ninguno de tus errores del pasado, ni tampoco tus circunstancias presentes, tienen que determinar tu futuro. Con Dios todo es posible.
Señor, ten misericordia de mí, pecador, dame una fe como de niño y la dependencia de ti y ayúdame a querer dejarlo todo para seguirte de todo corazón.
Deuteronomio 28:15-68
Sirve a Dios
En este pasaje vemos las desastrosas consecuencias de no vivir una vida centrada en Dios, desobedecer la ley, no seguir con cuidado sus mandatos (v.45) y no servir al Señor (v.47). También vemos las desastrosas consecuencias de esto en la propia historia de Israel.
He podido ver un atisbo de algunas de las cosas que aquí se describen en mi propia vida, especialmente durante los años previos a cuando experimenté una relación con Dios: «Sobre tu cabeza, el cielo será como bronce» (v.23). He experimentado el sentimiento de lo que parece ser una gran separación de Dios.
Vemos como «el Señor mantendrá angustiado tu corazón; tus ojos se cansarán de anhelar, y tu corazón perderá toda esperanza. Noche y día vivirás en constante zozobra, lleno de terror y nunca seguro de tu vida» (vv.65–66). Estos versículos describen una vida que es lo opuesto de la paz y la alegría que Jesús ofrece.
Por supuesto, desde que llegué a la fe en Cristo no siempre he vivido una vida centrada en Dios. A veces he fallado a la hora de servir, obedecer y seguir sus mandatos. La gran noticia del Nuevo Testamento es que Jesús nos ha rescatado del castigo merecido y las maldiciones que, de no habernos rescatado, hubieran recaído sobre nosotros: «Cristo nos rescató de la maldición de la ley al hacerse maldición por nosotros» (Gálatas 3:13).
Señor, muchísimas gracias porque moriste en mi lugar para que pueda ser perdonado y librado de las consecuencias que merezco. Gracias porque me has llamado a una vida centrada en Dios. Ayúdame a alabarte de todo corazón y a servirte con gozo y alegría, así como a obedecerte y seguirte siempre.
Pippa Adds
Pippa añade
Lucas 18:1–8
Tras leer la parábola de la viuda insistente, miré atrás recordando algunas oraciones de petición que he hecho y aún no han sido respondidas. Creo que tengo que redoblar mis esfuerzos y no rendirme.
References
Notas: Joyce Meyer, *La Biblia de la vida diaria*, Casa Creación, 2013 William Temple, *Readings in St. John’s Gospel* (Macmillian, 1952) Unless otherwise stated, Scripture quotations taken from the Holy Bible, New International Version Anglicised, Copyright © 1979, 1984, 2011 Biblica, formerly International Bible Society. Used by permission of Hodder & Stoughton Publishers, an Hachette UK company. All rights reserved. «NIV» is a registered trademark of Biblica. UK trademark number 1448790. Scripture quotations marked (AMP) taken from the Amplified® Bible, Copyright © 1954, 1958, 1962, 1964, 1965, 1987 by The Lockman Foundation. Used by permission. (www.Lockman.org) Scripture marked (MSG) taken from The Message. Copyright © 1993, 1994, 1995, 1996, 2000, 2001, 2002. Used by permission of NavPress Publishing Group.About this Plan
¿Abrumado por la idea de leer la Biblia? Dedique un tiempo cada día a escuchar a Nicky y Pippa Gumbel mientras le explican toda la Biblia en 365 días. Cada día, se explora un tema diferente a través de una selección de escrituras tomadas del libro de Salmos o Proverbios, así como del Nuevo y Antiguo Testamento. Nicky y Pippa brindan comentarios sobre estos extractos para brindar información y aplicación práctica.
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