Caminando en La TablaSample
CONFÍA EN LA OLA
¿Los mejores surfistas son los más fuertes físicamente?
Es curioso que una de las primeras cosas que uno aprende como surfista es que nunca le vas a ganar en fuerza a las olas. Recuerdo una vez en la que casi me ahogo. Fue al inicio de mi vida surfer. Traté de luchar contra las olas en una playa que no era para principiantes como yo y, por eso, casi no la cuento.
Lo cierto es que, cuando aprendes a dejar de luchar contra la fuerza de las olas, empiezas a entender mejor las dos experiencias básicas de un surfista:
Por un lado, cómo pasar las ‘revolcadas’. Simplemente “deja que la ola haga lo que quiera contigo, mientras mantienes la calma. No luches contra su fuerza, pues pierdes oxígeno innecesariamente, déjate llevar y espera”.
Pero también aprendemos a sacar ventaja de su energía cuando surfeas. O sea, “fluye con la ola, confía y disfruta; aprovecha su fuerza y su forma para lograr las mejores maniobras”.
Así, paradójicamente, la fuerza del surfista radica en el reconocimiento de su debilidad frente a la potencia de la ola. Cuanto más conoce el mar, más lo respeta, aunque le tiene menos temor, pues aprende a ‘leer’ las olas.
El apóstol Pablo lo expresó así: “mi debilidad es mi fuerza”, para referirse a cómo se veía a sí mismo frente a Dios y en dónde estaba su confianza (2 Corintios 12:10).
Y es que Dios es para el creyente como la ola es para el surfista. Cuando una persona que no es surfista ve venir la ola, tiende a huir y escaparse, pues teme su poder y no quiere verse envuelta en ella, porque piensa que le hará daño o que la atrapará, quitándole su libertad.
Pero el surfista, que realmente conoce la ola, en lugar de huir, va hacia ella. Sabe que es el lugar donde será verdaderamente libre y se entrega voluntariamente a su fuerza. Fluye con la ola y confía en su poder para vivir en total plenitud. Inclusive en los wipeouts.
“El surfista pasa por experiencias complicadas, queda atrapado en corrientes, cortado por el arrecife, revolcado por las olas, pero sale de eso fortalecido y con un mayor conocimiento del océano. No puedes pelear contra las olas, pero si no entras en pánico, sino que confías, hasta puede resultar positivo el ser revolcado. No puedes parar las pruebas. No entres en pánico, simplemente deja a Dios hacer su trabajo y, cuando la prueba acabe, tendrás una mejor apreciación de su carácter y estarás más maduro y listo para la siguiente ola.” (Chayne Jobbins, CSUS).
¿Te cansaste de luchar sólo con tus fuerzas? Refúgiate en Dios. No huyas de Él ni de su poder, confía, sea que estés disfrutando del tubo de su bendición o pasando por un revolcón que te fortalece. Sólo en Él serás verdaderamente libre, Vivirás con plenitud cuando te entregues totalmente a Dios, como lo haces cada día con las olas del mar que Él creó.
Scripture
About this Plan
Jesús fue el primero en caminar sobre las olas. Un día, llamó a su amigo Pedro para que salte al mar y camine hacia Él, dejando de mirar la tormenta. Quizás estás movido por las olas de la vida y necesitas una base estable para avanzar. Si es así, este plan es para ti, ¡salta de esa barca que se hunde y ven al encuentro del Creador de las olas!
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