El Reino De Dios Pertenece a Los NiñosSample
Día seis: El Fracaso en el Reino de Dios
Es interesante notar las palabras que Jesús pronunció: “... a menos que ustedes cambien y se vuelvan como niño...” Jesús y sus discípulos estaban en Capernaum, la ciudad natal de Pedro, cuando ofreció esta enseñanza. Nuestro hogar muestra algo interesante acerca de nosotros. Cuando regresas a casa, no importa si has logrado un ascenso meteórico en la industria de la moda; para tu familia, todavía eres esa chica de séptimo grado con los vergonzosos frenillos. Es muy difícil llevarse a casa a la persona que has llegado a ser. Cuando estamos en casa, podemos querer parecer aún más autosuficientes, independientes, sin ninguna necesidad y auto realizados.
Imagínese la situación de Pedro. La última vez que estuvo en Capernaum, era un pescador común. Ahora, está en el círculo más íntimo del hombre más controversial de Israel. Por ende, se encuentra caminando por su ciudad natal, erguido, con la cabeza en alto. Es allí mismo donde Jesús llama a un niño y le pone las manos sobre sus hombros, mira a Pedro a los ojos y le dice: “Aún no estás construyendo tu vida sobre la gracia.” Se necesitará una experiencia unos días después para que estas palabras conmovieran el corazón de Pedro.
Avancemos rápidamente a la negación de Jesús por parte de Pedro. Aun después de declarar que estaba listo para morir con Jesús, Pedro niega cualquier asociación con él, hasta tres veces. Jesús le lanza una mirada al otro lado del atrio y lo mira fijamente a los ojos. En ese momento, Pedro se quebranta. Su propio fracaso se estrella contra él y llora amargamente. En ese momento, cuando Pedro se dio cuenta de su propio fracaso, ¿qué fue lo que realmente se perdió? No era la misión de Jesús. No era el papel de Pedro en el reino de Jesús. Lo que se hizo añicos fue el caparazón de competencia que Pedro había utilizado para protegerse.
Igual que Pedro, podemos pensar que nuestra relación con Jesús se basa en mantener las cualidades y comportamientos que pensamos que nos valieron un lugar en su reino. Pedro creyó la mentira de que su valor se basaba en el mérito y no en la gracia. Después de su fracaso, Pedro se quedó abatido, humilde, sin ánimo y completamente dependiente; muy parecido a un niño. No es coincidencia que después de su encuentro con la gracia de Jesús a través de su propio fracaso, Pedro se hizo mucho más grande en el reino de los cielos. Cuando finalmente terminó de controlar la percepción que Dios tenía de él y dejó que el amor de Dios lo inundara, Pedro recogió una cosecha para el reino. ¡Véase el libro de Hechos!
Reflexión: La gracia de Dios no es una red de seguridad que subyace a las grandes cosas que hacemos por nuestra cuenta. La gracia es el poder que convierte nuestros fracasos en los mejores momentos de Dios. ¿En dónde estás tú buscando la gracia?
Oración: “Señor, permíteme verte más claramente en mis fracasos. Muéstrame cómo tu amor y tu gracia definen nuestras vidas y nos liberan para vivir en tu reino como niños.”
Scripture
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¿Qué pasaría si oculta a simple vista se encuentra una de las mejores y más reales invitaciones que jamás se te darían para acercarte a Dios? Basado en un sermón del pastor Tyler Staton de Oaks Church en Brooklyn, este estudio de 7 días empleando videos de LUMO explora cómo se experimenta la presencia de Dios entre aquellos que lo reciben como lo haría un niño.
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