El Reino De Dios Pertenece a Los NiñosSample

Día cinco: Asombro en el Reino de Dios 

Los niños nacen con una sensación de asombro, con los ojos bien abiertos al mundo que los rodea. En algún momento del camino, perdemos ese rasgo maravilloso y es reemplazado por la voluntad propia. La voluntad propia es lo que sucede cuando tenemos un futuro preferido en mente y nuestro objetivo principal es desear que exista. A veces, ese futuro puede ser a corto plazo, “¿Qué voy a cenar esta noche?”; o puede ser a largo plazo, “¿Con quién me casaré?”

Cuando nuestro objetivo principal es desear que exista nuestro futuro, en realidad estamos tratando de arrebatarle al autor la pluma de la mano: hemos comenzado a escribir nuestra propia historia. Ahora, el único problema es que el control solo ocurre en tu mente. En realidad, no obtienes más autoridad sobre tu vida. Simplemente intercambiamos ver el mundo con ojos de asombro por ver el mundo con ojos de voluntad propia. Ese intercambio causa estragos: desfigura y distorsiona nuestra vida espiritual.

¿Estás viviendo como si Jesús debiera servir a tus sueños, o estás viviendo para servirle a él? ¿Vienes a Jesús con las manos vacías para que él las llene, o vienes con las manos llenas de tus propios sueños, pidiendo su bendición? El Creador, lleno de sabiduría y majestad, te ha formado para sus planes y propósitos. Es ridículo tratar de reducirlo a un impulso para nuestros planes personales, pero es una situación muy común.

Cuando la voluntad propia es lo que está impulsando nuestras vidas, generalmente parece que estamos ganando el control. Pero entonces, cuando la vida comienza a deslizarse entre nuestros dedos, esa misma voluntad propia comienza a parecerse mucho al miedo. ¿Y si llego tarde? ¿Qué pasa si nunca encuentro un cónyuge? El asombro, en contraste con el miedo, es lo que sucede cuando le devuelves la autoría a Dios y le das la bienvenida a tu propia finitud y pequeñez frente a la visión más amplia de la historia.

¿Qué  dice tu vida sobre lo que tu quieres? Contempla tus pensamientos y detonadores internos. Si deseas tener éxito, por ejemplo, notarás signos de exceso de trabajo en todas partes. Cuando María se sentó a los pies de Jesús, maravillada por su Persona, su vida y su enseñanza, Jesús dijo: “María ha escogido lo mejor, y nadie se lo quitará.” La grandeza en el reino de Dios está reservada para aquellos lo suficientemente atrevidos como para hacer maravillar su ambición y su oración. Pide maravilla y Dios te la dará.

Reflexión: ¿Estás listo para comenzar a vivir la búsqueda de asombro como en la madurez infantil? ¿Cómo puedes enfocar todo lo que eres en Jesús, quien te ama y dio su vida por ti? 

Oración: “Señor, dame una nueva sensación de asombro en tu presencia. Úneme en amor con los demás para alcanzar más de tu maravilla.”