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La oración del Señor (el Padre nuestro) Parte 2: adoración, alabanza, provisión, confesión, intercesión, protección

El Padre nuestro es una guía de como debemos orar, y contiene 6 elementos que Jesús modeló para que nosotros imitemos.

“Padre nuestro que estás en el Cielo”: Adoración

La oración de Jesús comienza con la frase Padre Nuestro. En estos dos simples términos hay dos verdades imponentes. Uno, ser cristiano es que Dios el Padre te adopte amorosamente para que seas Su hijo amado. Dos, ser cristiano es tener una nueva familia espiritual de iglesia con otros hermanos y hermanas que también invocan a Dios juntos como nuestro Padre. Como cristiano, no puedes ser saludable a menos que tenga una relación con Dios como Padre y una iglesia como familia.

“Santificado sea Tu Nombre. Venga tu Reino, hágase tu voluntad, en la tierra, como en el Cielo”: Alabanza

Cada día, las oraciones que hacemos, palabras que hablamos, y decisiones que tomamos harán que invitemos el Reino de Dios hacia abajo sobre nuestras vidas o que subamos el infierno hacia arriba en nuestras vidas. En cualquier batalla, los canales de comunicación segura y confiable son absolutamente esenciales.

La alabanza incluye música y cantar canciones, pero es mucho mas que esto. También se trata de vivir vidas que hagan la voluntad de Dios. Adorar es orar para que venga el reino y luego vivir como ciudadano de ese reino por amor al Rey Jesús. La oración es la forma en que nos alineamos con la voluntad de Dios y nos posicionamos para ayudar a construir el reino de Dios.

“Danos hoy el pan nuestro de cada día”: Provisión

Esta parte de la oración nos permite pedir cosas prácticas para la vida. Necesitas comida para comer, agua para beber y un lugar para vivir. Para que te paguen por estas cosas, también necesitas un trabajo y suficiente salud para trabajar. Dios sabe que tienes estas necesidades y cuando le pides, estás edificando tu relación. Tus necesidades no son una carga. Eres una bendición para tu Padre, así como los hijos son una bendición para sus padres. 

“Perdónanos nuestras deudas”: Confesión

Esta sección de la oración nos recuerda nuestro estado pecador a la luz de la santidad de Dios, nuestra deuda con Dios. Tanto los pecados de omisión—no hacer lo que deberíamos hacer— como los pecados de comisión —hacer cosas que no deberíamos hacer— están acumulándonos una deuda con Dios.

¡Pero también nos recuerda que el perdón total de toda nuestra deuda — pasada, presente y futura — está disponible a través de Jesús! «Perdónanos nuestras deudas» es un reconocimiento increíble de la gracia de Dios. Dios puede y perdonará toda nuestra deuda espiritual. (¡Y lo ha hecho!) Esta realidad nos invita a orar por el perdón con confianza y agradecimiento.

“Así como nosotros perdonamos a nuestros deudores”: Intercesión

El perdón es un regalo que Dios nos da, con la intención de que luego lo compartamos con otros. El pueblo perdonado de Dios debe ser piadoso y perdonador. Esta verdad no significa que ignoramos, disminuimos o incluso excusamos su pecado. No significa que lo aceptemos o lo aprobemos. No significa que confiemos en ellos o que en el futuro nos mantengamos relacionalmente cercanos a ellos. El perdón requiere una persona, pero la reconciliación requiere dos, así que todo lo que podemos hacer es hacer nuestra parte.

La palabra griega más utilizada para el perdón significa literalmente soltarlo. Al elegir perdonar, decimos: «Deseo lo mejor de Dios para ti. Renuncio a mi derecho a buscar venganza o justicia. Dejo tu futuro en manos de Dios». La prueba de si has perdonado a alguien es bendecirlos. Cuando alguien actúa como un enemigo, y lo perdonamos y bendecimos, lo estamos tratando de la forma en que Dios nos trató cuando nosotros actuamos como sus enemigos. En la cruz, donde los que lo odiaban lo habían colgado para morir, Jesús oró en Lucas 23:34: «Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen».

“No nos dejes caer en tentación, sino líbranos del Maligno”: Protección

El pecado es real. El diablo y sus demonios son reales. El mundo está lleno de maldad y plagado de tentaciones. El pueblo de Dios no puede permitirse el lujo de ser tonto o ingenuo.

Mientras podemos y debemos orar a defensivamente para pedir perdón cuando pecamos, también debemos orar en forma ofensiva, por adelantado, antes de que venga la tentación y el mal nos aceche. Por supuesto, nuestro Padre nunca nos tienta a pecar, pero en esta porción del Padre Nuestro, Jesús está diciendo que debemos estar de acuerdo con el deseo de Dios de no inclinarnos a la tentación y caer en el mal.

Orar para que Dios nos proteja de la tentación es solo otra extensión de la oración para que se haga la voluntad de Dios. Es el decir: «Dios, estoy de acuerdo contigo, y no quiero alejarme de ti en desobediencia».

Reflexión:

1. ¿Cómo puedes incorporar estos 6 elementos del Padre Nuestro en tu propia vida de oración?

2. ¿Crees verdaderamente que has sido perdonado? ¿Hay alguien a quien no hayas perdonado de verdad y necesites pasar un tiempo a solas con Dios para trabajar en un proceso mediante el cual puedas perdonarle verdaderamente de corazón? Si es así, considera llevar un diario sobre este proceso de perdón.

3. ¿En qué áreas de tu vida necesitas orar de manera ofensiva o proactiva contra la tentación y el mal?