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Getsemaní parte 1: El camino hacia el jardín

Lo que alguien hace en los momentos finales de su vida revela quién o qué es lo que más le importa. Cuando Jesús se acercaba al final de Su último día, se detuvo para pasar una noche entera en oración. Las acciones de Jesús revelan que encontrarse con el Padre en oración era su máxima prioridad.

Leer la oración de Jesús en Getsemaní es espiritualmente abrumador, al igual que lo fue físicamente para Jesús. Getsemaní significa una prensa de aceite, y una prensa de aceite se encontraba en medio de un campo de olivos donde se usaba para presionar el aceite de la fruta al aplastarla por completo. Juan 18:1 revela que un olivar, o jardín, estaba en este lugar donde Jesús oró. Allí, el alma de Jesús sería presionada hasta que fuera aplastada, y se derramara una oración desde la profundidad de su corazón.

El camino en la noche al Huerto de Getsemaní era oscuro. Presagiando, estaba plagado con la agonía de la traición y el abandono. El aire estaba cargado de dolor y angustia. En ese momento, el peso del mundo cayó sobre Jesús. Llevó el pecado de la humanidad a la cruz, al Lugar de la Calavera que asomándose en el horizonte.

Jesús estaba plenamente consciente de hacia dónde iba su ministerio, prediciendo la forma de su asesinato. Lo único peor que marchar hacia un asalto mortal es conocer el resultado con mucha anticipación y seguir adelante de todos modos.

A partir de ese momento, Jesús comenzó a enseñar a sus discípulos que debía ir a Jerusalén y sufrir muchas cosas de parte de los ancianos, los principales sacerdotes y los escribas, y ser muerto y resucitar al tercer día. —Mateo 16:21

Quizás tu sepas lo que es ver ese momento devastador flotando sobre ti. ¿Has tenido tu momento de Getsemaní? ¿Estabas abrumado por lo que te estaba sucediendo, sintiéndote solo debido al abandono y la traición, impotente para cambiar tu destino y sintiendo que no había forma de que lo superaras?

Cuando tu cónyuge te dice: «Te estoy dejando», cuando el médico dice: «Es cáncer», cuando la enfermera dice: «Tuviste un aborto espontáneo», cuando tu hermano dice: «Papá falleció y no conocía a Jesús» ¿Qué haces? Lo que no necesitas hacer en esos días es fingir. No finjas que la vida es fácil y la vida es buena. Está bien decir que la vida es complicada y, a veces, muy, muy dolorosa.

En el momento de su muerte, Jesús no desconfió, dudó, negó o despreció a Dios. En cambio, deseaba a Dios. Por lo tanto, Él oró. ¡Aún Jesús necesitaba orar!

Cuando está enfermo, solo, herido y en necesidad, necesitas hablar con Dios. Incluso Jesús perfecto y sin pecado necesitaba hablar con el Padre. Si Jesús necesitaba orar en su momento de Getsemaní, debes orar en el tuyo.

Reflexión:

1. ¿Tu oras para obtener algo de Dios o para obtener a Dios?

2. En tu vida, ¿Cuáles han sido tu(s) momento(s) de Getsemaní? ¿Cómo respondiste?