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¿Cómo oró Jesús? Parte 1

La mayor parte de la vida de oración de Jesús está registrada para modelarnos los métodos de cómo hablar con el Padre. Veamos algunos ejemplos.

Jesús oró solo

Esto es muy, muy importante para la vida cristiana. Jesús oró públicamente en grupos grandes y pequeños, pero también oró en privado.

Marcos 6:46 nos dice: «Y después de despedirse de ellos, subió al monte a orar». Lucas 9:18 nos informa que «... estaba orando solo ...»

A veces, estar en público durante largos períodos de tiempo en realidad llevaba a Jesús a alejarse por un tiempo, como en Lucas 5:15-16: «Pero ahora aún más el informe sobre él se difundió, y grandes multitudes se reunieron para escucharlo y para ser sanados de sus enfermedades. Pero él se retiró a lugares desolados y oraba».

Miles están saliendo para escuchar a Jesús predicar y enseñar, están sucediendo milagros, están ocurriendo sanidades. Su ministerio es poderoso y por lo tanto exigente. Y necesitaba alejarse un poco para recargar energías y refrescarse.

Él lo necesitaba. Y tu lo necesitas.

Creo que a veces olvidamos lo que es estar a solas con Dios porque, incluso cuando estamos solos, el ruido de la tecnología ahoga nuestros sentidos. La computadora está encendida, la televisión está encendida, el teléfono está encendido. Ya ni siquiera sabemos cómo suena el silencio.

Para mí, me gusta orar mientras me muevo, ya que encuentro que mi mente está más clara. Entonces, me voy a caminar o a dar un paseo en mi Jeep sin la capota solo para hablar con Dios en voz alta. O bien, puedes redimir tu viaje diario al trabajo o desde el trabajo apagando tu tecnología y hablando con Dios.

La mayoría de nosotros necesitamos retirarnos con más frecuencia que para tener un encuentro privado con Dios en oración. Sé que nunca me tomé este tiempo y después lo lamenté.

Jesús oró la Palabra de Dios

Aquí hay un ejemplo asombroso de Marcos 15:34: «Y en la hora novena Jesús clamó a gran voz: “¿Elí, Elí, lama sabactaní?” Dios, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?».

Jesús en este caso está haciendo la revelación escrita de Dios en la revelación verbal de su oración. Esta es una vida de oración formada bíblicamente.

Los estudios bíblicos van juntos como dos remos en un bote. En la oración le hablamos a Dios, y en las Escrituras, Dios nos habla a nosotros.

Ora antes de comenzar a leer. Ora mientras lees, agradeciendo a Dios por Su Palabra y pidiéndole a Dios que te ilumine su significado de manera más brillante. Ora cuando hayas terminado de leer y pídale a Dios que te ayude a aplicar en tu vida diaria lo que has leído.

Leer y orar, leer y orar, leer y orar. Ven en oración a las Escrituras. Cuando leas algo que te traiga convicción, detente y ora en arrepentimiento. Cuando algo te impresione, detente y alaba a Dios. Cuando algo te recuerde a otra persona, detente y ora por esa persona.

El objetivo no es simplemente leer las Escrituras rápidamente para «terminar de una vez», sino hacer de la lectura de las Escrituras un acto de adoración, un acto de oración. Puede que no termines los pasajes rápidamente, pero esos pasajes se quedarán contigo. Y disfrutarás más de tu tiempo de estudio, porque te irá formando de maneras que no puede imaginar.

Y si tu vida de oración está guiada por las Escrituras, entonces también sabrás que estarás orando en la voluntad de Dios.

Reflexión:

1. ¿Eres un lector habitual de la Biblia? Si no es así, hoy es un buen día para encontrar un Plan bíblico en la aplicación de YouVersion. A medida que lees la Biblia todos los días, detente a orar por lo que lees (por ejemplo, orar por una comprensión clara, el perdón, la acción de gracias, otras personas, una necesidad práctica, etc.).