A través del lente divino.Sample

Eres amado.

En el principio el mundo era perfecto y sin mancha alguna. Sin embargo, nuestros primeros padres pecaron y como paga, teníamos que morir. Dios ideó un plan para darte la oportunidad de vivir, cambió su vida por la tuya y murió en tu lugar, pagando así el precio de la desobediencia y el pecado que debimos pagar nosotros. 

¿Por qué crees que Jesús tomó la decisión de sufrir en tu lugar? Hubiera sido mucho más fácil eliminar a la raza humana y crear nuevos seres, puros y sin pecado, pero por el amor tan grande que nos tiene Dios, decidió darse por nosotros, y darnos vida aún sin merecerla. 

La naturaleza de Dios es amor (1 Juan 4:8), y esa fue la manera más grande de probárnoslo. Pero ¿Qué decir de lo que hace por nosotros cada día? Nos levanta cada mañana, pues aún no ha terminado su trabajo en nosotros. Nos proporciona alimento, nos recuerda en su Palabra lo especiales que somos para Él, nos da oportunidades cada día de cambiar y ser mejores. Lucha por nosotros, nos busca y desea que estemos siempre con Él.

Puedo decir que no hay un día en el que Dios no nos muestre su amor. Con el hecho de sobrevivir a esos días que parecen interminables, sabemos que Dios nos ama y nos da las fuerzas para seguir adelante.

La experiencia que más ha marcado mi vida con respecto al amor de Dios ocurrió cuando tenía 6 años de edad. Así de pequeña pude sentir su amor y su misericordia. Fui operada del corazón a esa edad, tenían que ponerme una válvula para sustituir la vena aorta, que estaba muy estrecha, y al cumplir los 15 años debía operarme nuevamente para cambiarla por una de adulto. ¡Qué gran situación para una niña!

Sin embargo, Dios hizo algo mucho mejor, cambió mi corazón dañado y me dio uno completamente nuevo. Ese día, después de ser operada, fui declarada paciente sana. Y así ha sido hasta el día de hoy. 

Piensa en un momento cuando sentiste el amor de Dios, ya sea directamente o a través de personas, situaciones, o algo que leíste. Busca ese momento, por más simple que parezca, atesóralo y recuerda siempre: eres amado.

 Leslie Ramírez