Mis Primeros Dias con DiosSample

Muchas personas quieren oír de Dios hoy en día. Buscan pastores, conferencias, programas de televisión, hasta galletas en el restaurante chino para ver si Dios les habla. ¡Pero Dios YA nos ha hablado!
Smith Wigglesworth, un hombre que Dios usó para sanar miles de enfermos, levantar muertos, y empezar cientos de avivamientos dijo que era indispensable tener una vida en la Palabra si quieres ser usado por Dios grandemente. Él se propuso leer un capítulo después de cada comida. ¡A la gente le pareció raro, pero el vio el respaldo poderoso de Dios al usar su Palabra! Aquí hay 4 claves para tener una vida poderosa en la Palabra:

1 Aprender : Lucas 4:1-13 nos habla de la tentación de Jesús en el desierto. El diablo vez tras vez intentó desviar a Jesús de su propósito y sueño de rescatarnos, pero Jesús tenía una herramienta que hizo que permaneciera, eran los versículos que había memorizado de joven. Dice en el versículo 13: “El diablo habiendo agotado todo recurso de tentación lo dejó.” Cuando te defiendes de la tentación con la Palabra, te conviertes en un arma ofensiva y agotas las fuerzas al diablo!

2 Meditar: Mi papá era campesino de Iowa en los Estados Unidos y el veía como las vacas comían pasto en los campos, pero después de horas las veía masticándolo! ¿Por qué? Las vacas tienen varios estómagos. Ellas tragan el pasto pero lo vuelven a “sacar” y lo mastican en sus bocas para sacarle el jugo y nutrientes. En la Palabra, debes leerlo y luego masticarlo, meditando en pasajes que te sobresalieron. Deja que Dios te hable mientras meditas en la Palabra. Hay cosas que no captarás sólo leyendo, hay que meditar.

3 Aplicar: Busca momentos en el día para aplicar lo que leíste. Dios nos dice en Santiago 1:22 “No se contenten con escuchar la Palabra…llévenla a la práctica.” Eso significa, ¡no seas solamente un oidor sino un hacedor!

4 Regar: Dice en 2 Timoteo 3:16: “Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir y para instruir en la justicia.” Todo lo que Dios nos da, es para nosotros y para compartir”. Cuando recibes algo de Dios que te animó o edificó, busca a alguien intencionalmente para edificarlo con esa Palabra. No te quedes con lo que Dios te da. De gracia recibiste, da de gracia.

REFLEXIÓN

¿Qué has leído hoy que te edificó?


¿Pregúntale a Dios qué quiere decirte con esto?


¿Cómo lo puedes aplicar hoy? (Ej. Hechos 1:8 – tienes poder – orar por un enfermo)


HABLA CON ÉL


Es tan poderoso orar la Palabra. Toma tus versículos memorizados y úsalos como oraciones.



Sinceramente, Joel y Giselle Manderfield