Cristo: Salvador, Profeta y SacerdoteSample
El oficio sacerdotal de Cristo
En otra ocasión, cuando Jesús levantó al hijo muerto de la viuda de Naín, en Lucas 7 dice, y glorificaban a Dios diciendo, “¡Un gran profeta ha surgido entre nosotros y ‘Dios ha visitado a Su pueblo!’”
Entonces, Cristo cumplió con el oficio de profeta, ya que cumplió los dos diferentes tipos de profecías, al predecir y al proclamar. Al predecir, anticipó sus sufrimientos, su resurrección y demás aspectos de su ministerio terrenal, pero también, fue un profeta hablando de cosas del futuro de lo que Dios iba a hacer y esto es predecir, decir las cosas antes de que ocurran. Por otra parte, Él también cumplió con el rol de profeta al proclamar, mientras daba a conocer al pueblo la sabiduría de Dios, las Escrituras, la ley, el Evangelio. Él dijo que vino a proclamar buenas nuevas a los pobres, de esta manera, estaba dando a conocer a los hombres al hablar de la Palabra de Dios.
Igualmente los evangelios registran en varios pasajes, cómo operó en su ministerio con varios dones proféticos, tales como palabra de ciencia, discernimiento de espíritus, palabra de sabiduría y otros.
Su oficio sacerdotal está necesariamente implícito en la expresión «primogénito de los muertos», porque en su muerte se ofreció a sí mismo como un sacrificio a Dios para dar satisfacción por las transgresiones de todos los elegidos, luego resucitó para seguir ejerciendo su sacerdocio, mediante la constante intercesión a favor de ellos; pero no es verlo arrodillado ante al Padre rogando por nuestras miserias, sino que su obra, intermedia para que la justicia divina nos siga impartiendo por gracia, lo que en su obra fue acreditado para los redimidos.
El Cristo Encarnado, fue fiel en todo en su oficio sacerdotal, simplemente remitiéndonos a lo registrado en Hebreos 8, encontramos varios factores que evidencian que su sacerdocio es mejor y mayor.
a. Su idoneidad moral
- Jesús tiene el poder de una vida indestructible
- Jesús es fiador del nuevo pacto
- Jesús permanece, salva, intercede y es santo en todo
b. Su trabajo terminado
Ahora Jesús está sentado, ya que su obra está completa y es perfecta. En el tabernáculo no había silla para el sumo sacerdote, ya que su trabajo era constante, pues año tras año se debía repetir los mismos sacrificios, pues la sangre de animales no quitaba ni limpiaba, los pecados para siempre, solamente los aplazaba hasta la llegada de Cristo como el cordero sacrificial.
Mañana seguiremos estudiando las demás evidencias disponibles.
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El testimonio de Cristo fue completo, coherente y contundente en todos los aspectos y asuntos de la economía divina revelada en plenitud por medio del nuevo pacto, por medio del cual se convierte en nuestra realidad existencial lo que Él logró en la legalidad divina.
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