Dios, ¿llamaste? Muestra

No podrás equivocarte

El primer elemento que no puede faltar para dar la respuesta que Dios espera de nosotros, es la responsabilidad, lo analizamos ayer. Hoy veremos el segundo elemento.

2. Revelación 

Recuerda que a Moisés...«Y se le apareció el Ángel de Jehová». La voluntad de Dios puede ser tan evidente y el Señor hace que sea tan clara que, si estás consagrado a hacer su voluntad, antes que cualquier otra cosa, entonces no podrás equivocarte. Lo volveré a decir, el llamado de Dios será tan claro y tan evidente que no podrás equivocarte. 

«Moisés, Moisés». Dios se le apareció en la zarza ardiente, atrapando su atención y Moisés supo, con total certeza, que se había encontrado con Dios. Esto es lo que todos deberíamos desear; no una experiencia de segunda mano, de otro, sino, figurativamente hablando, ¡un encuentro con Dios cara a cara! Él no es simplemente el Dios de tus padres. Es tu Dios y se te manifestará a ti. 

La noche antes de que Jesucristo fuese a la cruz, dijo a sus discípulos: «El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama. Y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él». 

¿Sabías que Dios se manifiesta a aquellas personas que le son obedientes? ¡Tú comprobarás que Dios es tan real que no confundirás su llamado! La revelación de Dios, en nuestros días, se encuentra en las Escrituras y no en experiencias místicas. Las palabras dadas a un joven llamado Timoteo, por el apóstol Pablo son sumamente apropiadas, “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para…» 

«Enteramente preparado» tiene el concepto de estar «completamente equipado». De la misma manera que Timoteo se encontraba totalmente equipado para el servicio a través de las Escrituras, así lo estamos nosotros. Sí, la voluntad de Dios está en la Palabra de Dios y el llamado de Dios se encuentra en los mandamientos de Dios. 

Satúrate de los conceptos de Dios a través de su Palabra y el llamado de Dios se te hará evidente. Por medio de las Escrituras puedes conocer la mente de Dios y luego serás capaz de ver el mapa de rutas, diseñado por Dios, para tu vida.