«La Oración Del Señor»Muestra
«Tu voluntad sea hecha en la tierra como en el cielo»
Oración que agrada a Dios, es la oración que está enfocada en la voluntad de Dios, no en nuestra voluntad. Señor, que tu voluntad sea hecha en mi vida, en mi familia, en mi iglesia, en mi comunidad, en mi país, en toda la tierra. Y lo queremos decir cuando oramos de esta manera. ¿Realmente queremos la voluntad de Dios más que nuestra propia voluntad? Orar no es obtener lo que queremos de Dios. Orar no es tratar de lograr que Dios cambie su mente. Sin embargo, orar es alinear nuestra voluntad con la voluntad de Dios, porque Dios es soberano, santo y Él sabe lo que es mejor.
Orar es subirse a bordo con lo que Dios está haciendo y rendirse totalmente, tanto en lo que somos como lo que tenemos, al amoroso Padre. La oración que agrada a Dios está enfocada en los planes de Dios, los deseos de Dios, y la agenda de Dios para nuestra vida, en lugar de nuestros planes, nuestros deseos, y nuestra agenda.
Jesús ejemplificó este corazón en el Jardín de Getsemaní, cuando oró en su agonía, «Padre mío, si es posible pasa de mi esta copa, pero no se haga mi voluntad sino la tuya». Esta es la manera en que oró Jesús, y esta es la manera que Dios quiere que oremos.
Los primeros tres pedidos en la oración del Señor, se enfocan en la gloria de Dios. Los últimos tres pedidos se enfocan en nuestras necesidades. «Danos el pan de cada día», es una petición por la provisión diaria. Señor, yo dependo de ti para el pan de cada día. Mi pan no viene del supermercado, sino del amoroso Padre. Trae todas tus necesidades a Dios. Si hay algo que necesites, pídelo. Desde Génesis hasta Apocalípsis, Dios nos enseña a pedir repetidamente. Pide, pide, pide. De hecho Santiago lo expresa así: «Ustedes no tienen, porque no piden».
Esto no significa que cualquier cosa que pidamos, cuando queramos y como la queramos, la vamos a recibir. Pero tu Padre enseña a pedir. De hecho, el pedir en sí mismo glorifica a Dios. Piensa en eso, todo el tiempo que pides a Dios algo, implícitamente declaras: Señor, yo creo que eres Dios, yo no lo soy y te necesito. No soy suficiente por mí mismo. Señor, podré no tener fe perfecta pero tengo suficiente fe para venir a ti y pedirte. ¡Señor ayúdame! ¡Señor rescátame! ¡Señor responde! Señor, creo en tu cuidado, que tú eres mi Papá. Amén.
Cada vez que pides a Dios algo, glorificas a tu Padre en los cielos. Pedir a Dios cosas no es un signo de autosuficiencia. Es un signo de dependencia. A Papá le gusta, así que pide.
Escrituras
Acerca de este Plan
Jesús dejó una oración como enseñanza a sus discípulos, de cómo deberían orar. Cada parte de esta oración del Señor, nos dirige en profundidad a una relación sincera y prometedora con el Padre celestial, amoroso, justo, y cuya gracia nos sostiene. La oración del Señor, será una guía clara del corazón del hijo mostrando cómo llegar al Padre de manera adecuada.
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Nos gustaría agradecer a Jeff Wells y a El Centro Network por proporcionar este plan. Para más información de estas organizaciones ingresa a http://www.jeffhwells.com y http://elcentronetwork.com