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Las estrellas de Dios viven humildemente
Todo el mundo sabe historias sobre deportistas o artistas del cine que son arrogantes: mimados, excesivamente remunerados, exagerados e insufribles. Quizás también conozca personas que parece que piensan que el mundo les debe la vida y que son mejores que las “insignificantes” personas que las rodean.
Pero quizás también sepa de deportistas que aparecen humildes y agradecidos en la televisión; que están dispuestos a elogiar a sus compañeros de equipo, tienen respeto de sus oponentes, son activos en sus comunidades, y se ofrecen como voluntarios para trabajar con niños discapacitados. ¿No le conmueven el corazón esas historias?
A veces Dios permite que suframos dolor y rechazo, como una terapia de humildad para nuestro orgulloso corazón. “revestíos de humildad, porque «Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes»” (1 Pedro 5:5). ¿No es gracioso? Cuanto más me empequeñezco, más me exalta Dios; cuanto más elogio a otros, más me elogia Dios a mí. ¡Viva humildemente! Y como eso es algo tan bello y tan raro en nuestro mundo egoísta, usted brillará como una estrella.
Todo el mundo sabe historias sobre deportistas o artistas del cine que son arrogantes: mimados, excesivamente remunerados, exagerados e insufribles. Quizás también conozca personas que parece que piensan que el mundo les debe la vida y que son mejores que las “insignificantes” personas que las rodean.
Pero quizás también sepa de deportistas que aparecen humildes y agradecidos en la televisión; que están dispuestos a elogiar a sus compañeros de equipo, tienen respeto de sus oponentes, son activos en sus comunidades, y se ofrecen como voluntarios para trabajar con niños discapacitados. ¿No le conmueven el corazón esas historias?
A veces Dios permite que suframos dolor y rechazo, como una terapia de humildad para nuestro orgulloso corazón. “revestíos de humildad, porque «Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes»” (1 Pedro 5:5). ¿No es gracioso? Cuanto más me empequeñezco, más me exalta Dios; cuanto más elogio a otros, más me elogia Dios a mí. ¡Viva humildemente! Y como eso es algo tan bello y tan raro en nuestro mundo egoísta, usted brillará como una estrella.
Escrituras
Acerca de este Plan
Somos cristianos porque Dios nos escogió; decidió amarnos a pesar de nuestro pecado; envió a Jesús para vivir, morir, y resucitar, para nuestro perdón. Pertenecer a Dios implica cambio en nuestros caminos pecaminosos. Este plan de lectura le ayudará a hacer esos cambios en su comportamiento y en su vida, para que así brille como las estrellas.
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Nos gustaría agradecer a Time Of Grace por proveer este plan. Para más información, por favor visite: www.timegrace.org
