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Las estrellas de Dios ven la línea de meta
¿Alguna vez se ha preguntado "¿Qué estoy haciendo aquí?" Tal vez usted sea un esposo atrapado en una larga tarde de compras con su esposa. Tal vez sea usted una esposa atrapada en una larga tarde de bebida y deportes por televisión en la casa de otra persona. Tal vez usted sea un adolescente atrapado en la visita a unos familiares donde no hay nadie de su edad.
¿Y sabe qué es lo peor? Preguntarse, en primer lugar, qué está haciendo en la tierra. Un angustioso alto porcentaje de las personas que he conocido no tienen idea de que su vida tiene, o debe tener, un propósito; van pasando por la vida y se preguntan por qué nada las satisface, a final de cuentas.
Hay algo que es mejor. ¿Sabe a dónde va? ¿Ve la línea de meta? San Pablo tiene unas palabras de inspiración para usted: “una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús” (Filipenses 3:13,14).
El propósito de mi vida no es enriquecerme, ni hacerme famoso, ni obtener placeres. El propósito de mi vida es acercarme más a mi Salvador Jesús y darle gloria. ¿A qué meta se dirige usted?
¿Alguna vez se ha preguntado "¿Qué estoy haciendo aquí?" Tal vez usted sea un esposo atrapado en una larga tarde de compras con su esposa. Tal vez sea usted una esposa atrapada en una larga tarde de bebida y deportes por televisión en la casa de otra persona. Tal vez usted sea un adolescente atrapado en la visita a unos familiares donde no hay nadie de su edad.
¿Y sabe qué es lo peor? Preguntarse, en primer lugar, qué está haciendo en la tierra. Un angustioso alto porcentaje de las personas que he conocido no tienen idea de que su vida tiene, o debe tener, un propósito; van pasando por la vida y se preguntan por qué nada las satisface, a final de cuentas.
Hay algo que es mejor. ¿Sabe a dónde va? ¿Ve la línea de meta? San Pablo tiene unas palabras de inspiración para usted: “una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús” (Filipenses 3:13,14).
El propósito de mi vida no es enriquecerme, ni hacerme famoso, ni obtener placeres. El propósito de mi vida es acercarme más a mi Salvador Jesús y darle gloria. ¿A qué meta se dirige usted?
Escrituras
Acerca de este Plan
Somos cristianos porque Dios nos escogió; decidió amarnos a pesar de nuestro pecado; envió a Jesús para vivir, morir, y resucitar, para nuestro perdón. Pertenecer a Dios implica cambio en nuestros caminos pecaminosos. Este plan de lectura le ayudará a hacer esos cambios en su comportamiento y en su vida, para que así brille como las estrellas.
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Nos gustaría agradecer a Time Of Grace por proveer este plan. Para más información, por favor visite: www.timegrace.org
