Ester 

¿Quién eres? 

Ya sea nuestro género, étnica, ocupación o estado civil, tendemos a definirnos basándonos en alguno de estos grupos.

Luché con el hecho de ser mujer por mi legado cultural.  Fui criada creyendo que los hombre eran superiores, así como los únicos dotados de dones para ser usados para la gloria de Dios.  A pesar de sentir el llamado para compartir palabras de aliento con otros, era visto como inapropiado para que lo haga una mujer. Estaba confundida, enojada y resentida. Lo que yo era no parecía ser lo suficiente bueno y no sabía qué hacer.

Luego recordé a Ester, quien fue una joven mujer judía viviendo en un país donde su grupo étnico era la minoría.  Sin saber que ella era judía, el rey la eligió para ser su esposa.  Al tiempo, la reina Ester se enteró por los consejeros reales sobre un complot para exterminar a su pueblo.  Me imagino lo asustada y preocupada que debe haber estado.  ¿Qué puede hacer una niña? 

A pesar de que Ester dudó al principio sobre cómo responder (y ¿quién no?), tomó una decisión.  No permitió que una etiqueta defina quien era ella.  Ester sabía que su verdadera identidad era ser hija de Dios.  Equipada con coraje, sabiduría e integridad, Ester se acercó al rey y fue capaz de interceder por su pueblo y finalmente, ¡todos fueron salvados!

Tus antecedentes no estorban tu futuro con Dios.  Todo lo que Él necesita es un corazón dispuesto y te puede usar.

Tomé el coraje de hablar sobre mis luchas con mi pastor y, para mi sorpresa, decidió ser mi mentor. Me enseñó la habilidad de hablar y escribir con propósito y pasión.  Siempre estaré agradecida a mi pastor que vio mi identidad como HIJA DE DIOS.  Lo que descubrí fue que hay gozo y libertad en ser fiel a quien Dios te hizo ser. 

“Llegar a entender que eres amado por Dios cambia por completo tu perspectiva de la vida.”  (Shannon Kubiak Primicerio)

~Joyce