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Nuestras dudas sobre Jesús

¿Alguna vez se ha dicho a sí mismo: "Estoy impresionado con las maravillosas verdades de la Palabra de Dios, pero no puede esperar que yo esté a la altura de eso y trabaje todos esos detalles en mi vida! "Cuando se trata de confrontar a Jesucristo sobre la base de sus cualidades y habilidades, nuestras actitudes reflejan la superioridad religiosa. Creemos que Sus ideales son elevados y nos impresionan, pero creemos que no está en contacto con la realidad, que lo que dice no puede hacerse realmente. Cada uno de nosotros piensa esto acerca de Jesús en un área de nuestra vida u otra. Estas dudas o recelos acerca de Jesús comienzan cuando consideramos preguntas que desvían nuestro enfoque de Dios. Mientras hablamos de nuestras relaciones con Él, otros nos preguntan: "¿De dónde vas a obtener suficiente dinero para vivir? ¿Cómo vivirás y quién cuidará de ti? "O nuestras dudas empiezan dentro de nosotros mismos cuando le decimos a Jesús que nuestras circunstancias son demasiado difíciles para él. Decimos: "Es fácil decir: 'Confía en el Señor', pero una persona tiene que vivir; y además, Jesús no tiene nada con que sacar agua, no hay medios para poder darnos estas cosas. "Y tenga cuidado de exhibir el engaño religioso diciendo:" Oh, no tengo dudas acerca de Jesús, solo recelo de mí mismo ". Si somos honestos, admitiremos que nunca tenemos dudas o dudas sobre nosotros mismos, porque sabemos exactamente lo que somos capaces o incapaces de hacer. Pero tenemos dudas sobre Jesús. Y nuestro orgullo está herido incluso al pensar que Él puede hacer lo que nosotros no podemos.

Mis dudas surgen del hecho de que busco dentro para encontrar cómo Él hará lo que dice. Mis dudas surgen de las profundidades de mi propia inferioridad. Si detecto estas dudas en mí mismo, debería sacarlas a la luz y confesarlas abiertamente: "Señor, he tenido dudas acerca de ti. No he creído en Tus habilidades, sino solo en las mías. Y no he creído en Tu poder omnipotente, aparte de mi comprensión finita de él. "

Oh Señor, con qué abundante alivio me dirijo a Ti! Te necesito en formas insondables, y con el alivio y la alegría asombrados, encuentro todo lo que necesito en Ti.