Día 5

Dios es mi sustento

Me encanta la perla que encontré en el Salmo 41 con relación a la enfermedad. Este versículo me confirma que, aunque Dios no nos sane, Él nos cuida. Que la sanidad no es nuestra más alta recompensa, Jesús lo es. A veces en nuestro empeño de querer que Dios cumpla nuestros deseos, se nos olvida que la oración debe ser dirigida a que se haga su voluntad y no la nuestra. Te invito a leer con atención el versículo tres que en la versión Reina Valera 1960 dice:Jehová lo sustentará sobre el lecho del dolor; Mullirás toda su cama en su enfermedad.

Note bien que dice que Jehová lo sustentará, no dice sanará. Según el diccionario, la definición de sustentar es mantener, conservar algo en su estado o ser, sostener algo para que no se caiga, defender o apoyar.

Por otra parte, sanar significa: restituir a alguien la salud que había perdido, curar, recuperarse, restablecerse, fortalecerse o reponerse.

Hay una gran diferencia entre que Dios te sane o te sustente. No te desanimes si Dios permite que tú o los tuyos padezcan alguna condición de salud, ya sea permanente o pasajera, con cura o sin cura por la medicina, una condición común o una rara. Podemos agarrarnos de esta palabra y confiar en su sustento y apoyo. Esta es una verdad tanto en los padecimientos físicos, como en cualquier otra situación dura que nos toque enfrentar en la vida.

También llama mi atención cuando dice “Mullirá, toda su cama en su enfermedad” Según el diccionario, mullir es ablandar o esponjar. Mi mente creativa me hace imaginar dos escenarios. Para mí puede significar que Dios la mulle para que estés lo menos incómodo posible o que la mulle para Él mismo acompañarte en tu enfermedad y sustentarte. Wow! para mí son imágenes muy poderosas. ¿No lo crees?

Creo en un Dios que sana y te invito a creer también. Anhelo que nuestra fe en Él y en lo que Él puede hacer por nosotros crezca cada día más. Pero cuando nuestras oraciones no sean respondidas de la manera en que esperamos, recuerda que sus pensamientos son más altos que los nuestros.

Para reflexionar:

El Dios del cielo tiene el poder y la autoridad para sanarte aquí y ahora. Pero si en su soberana voluntad ese no es su plan, Él promete sustentare acompañarte en medio de tu dolor. Recordemos que Él es fiel y todo (todo dolor y enfermedad) lo podemos sobrellevar o enfrentar en Cristo que nos fortalece.

***La autora de este plan tiene varios libros publicados, encuentra más información aquí: Más información