Día 2

¿Sanación o salvación?

Hay día en que amanezco con mucho dolor físico, de esos días en que me cuestiono qué será de mí en la vejez, (si es que llego a esa etapa). Son días en que el dolor es tan intenso que cualquier movimiento simple duele demasiado. Cuando trato de levantarme de la cama el dolor me hace caer de golpe otra vez en ella. Me frustro y a veces lloro, pero recuerdo que no debo angustiarme por el dolor, sino llenarme de paz y tranquilidad. ¿Así de fácil? No, para nada es fácil, pero en esos momentos de vulnerabilidad no me queda de otra que aferrarme a Dios. Porque si de algo estoy segura es que, aunque Él no me sane, Él me ama y me da Su mano cada día para ayudarme a andar (literalmente).

En mi angustia, hablo con el Señor y le pido que me ayude a enfrentar mis días malos, que me acompañe. Porque si Su plan no es sanarme, yo necesito que me ayude a vivir y atravesar mi condición de salud con paciencia y fe; creyendo que, si Él cuida de mí hoy, me cuidará mañana; creyendo que no debo temer.

El dolor es parte de la vida y como todo en esta vida nada es perfecto, solo Él lo es. Esa verdad me lleva a reflexionar y a creer que cuando estamos o decimos que somos saludables, no significa que somos perfectamente saludables. Creo que siempre habrá algo en nuestro cuerpo que debe mejorar, restaurar o sanar. Por ejemplo, un adolescente puede estar lleno de vida y energía, sentirse completamente sano, pero padecer de acné, esto es una enfermedad de la piel.Con este simple ejemplo lo que pretendo es ilustrarte que Dios promete sanarnos, pero no necesariamente tenemos que estar perfectos físicamente. Pues más allá de sanarnos, Jesús quiere salvarnos y eso sí lo promete completo, no tengo duda alguna de eso. Porque la salvación de nuestra alma es más importante que el bienestar de nuestro cuerpo.

Para reflexionar:

Romanos 5:10 nos dice que Dios lleva a cabo Su salvación completa a través de dos cosas: redención y vida :“Porque si nosotros, siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados , seremos salvos en su vida .”Medita en esto y luego da gracias a Dios: La salvación completa que Jesús nos da es aquí y ahora, mediante su Espíritu Santo en nosotros.