Restaurando nuestra intimidad con DiosEjemplo

4. Vive en el temor de Dios (12)
“Entonces Zorobabel, hijo de Salatiel, y Jesúa, hijo de Jehosadac, el sumo sacerdote, y todo el remanente del pueblo de Dios comenzaron a obedecer el mensaje del Señor su Dios. Cuando oyeron las palabras del profeta Hageo, a quien el Señor su Dios había enviado, el pueblo temió al Señor.”
Perder el temor de Dios es lo peor que nos puede suceder, es lo más triste que podrías experimentar. Cuando abandonamos su Palabra y quitamos los ojos de él comenzamos a vivir por nuestra cuenta, trayendo desgracia no sólo a nuestra vida, sino que también a los que nos rodean. Aunque venga disfrazado de una aparente “prosperidad” o bendición, si Dios no está en la ecuación tampoco estará en el resultado. Entonces si Dios no está en el asunto, no lo quiero.
Dios conoce todas nuestras necesidades y el promete darnos todo lo que necesitamos, ojo, no todo lo que deseamos, por sobre todo debemos perseguir su reino y hacer su voluntad, y él cuidará siempre de nosotros. Mateo 6:32-33 dice: "su Padre celestial ya conoce todas sus necesidades. Busquen el reino de Dios por encima de todo lo demás y lleven una vida justa, y él les dará todo lo que necesiten."
Cuando disponemos nuestro corazón a escuchar su voz, y nos exponemos diariamente a su Palabra, viviremos en el temor de Dios, no el terror de Dios, reconociendo en nuestra vida quien es Él, el Rey de la gloria, el Todopoderoso, el gran Yo Soy, creador de todo lo que existe, Santo, Santo, Santo y querremos vivir sólo para él. Cuando amas a alguien buscas agradarle, cuando amas a Dios persigues vivir conforme a su Palabra.
Isaías 66:2 dice: "Con mis manos hice tanto el cielo como la tierra; son míos, con todo lo que hay en ellos. ¡Yo, el Señor, he hablado! »Bendeciré a los que tienen un corazón humilde y arrepentido, a los que tiemblan ante mi palabra." ¿Quieres ser uno de los que tiemblan ante su Palabra? ¡Qué podamos orar como el salmista ¡Anhelo obedecer tus mandamientos! Renueva mi vida con tu bondad. (Salmos 119:40)
Para reflexionar: ¿Estás viviendo en el temor de Dios? o ¿Has perdido el temor de Dios?
Para recordar: No olvides apuntar en tu libreta los versículos que estudiamos hoy, y cada verdad que Dios ha hablado a tu corazón.
Oremos: Padre amado, una vez más, gracias por tu gran misericordia, por tu gracia y favor, no dejes que me aparte de ti, no permitas que mi corazón vague sin tener temor de ti, que mi vida nunca traiga verguenza a tu nombre. Te amo, quiero vivir solo para ti. Amén.
Escrituras
Acerca de este Plan

Un llamado a meditar en nuestra relación con Dios a través del capítulo 1 del libro de Hageo.
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Nos gustaría agradecer a Alejandro Ramirez por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: instagram.com/janoramirezz
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