Restaurando nuestra intimidad con DiosEjemplo

Comenzamos nuestro viaje y el contexto aquí es muy importante para comprender lo que estaba sucediendo en el tiempo en que el profeta Hageo aparece en escena.

Israel fue llevado cautivo a Babilonia, antes y durante el proceso el Señor les prometió que serían restaurados y que regresarían a casa después de un tiempo, unos setenta años.

Dios había cumplido su Palabra tal como habló a través de sus profetas, pero una vez más, el pueblo no estaba cumpliendo su parte. ¿Te parece familiar esa forma de responder?

Dios en su providencia abrió las puertas para que una parte de este pueblo regresara y reconstruyera el templo, ellos contaban con la autorización del gobierno, la gente y los recursos (El libro de Esdras nos entrega una gran cantidad de antecedentes al respecto). Comenzaron la reconstrucción pero se detuvieron, dejándose intimidar por sus enemigos, y cautivar por otras cosas, quedando el trabajo a medias.

Habían olvidado algo muy importante, el porqué habían sido llevado cautivos.

Ellos habían abandonado y despreciado a Dios y a su Palabra, es decir, no habían aprendido la lección. De todo lo que vivimos en nuestra vida podemos aprender algo, el pueblo había visto las consecuencias de su desobediencia, y aunque era una nueva generación, estaban repitiendo los mismos patrones de sus padres.

Poco más de quince años después de que la obra fue abandonada aparece el profeta Hageo con estas palabras, de donde podemos rescatar algunos principios que son aplicables a nuestras vidas. Durante los siguientes cinco días recordaremos algunos de ellos.

Para reflexionar: Al comenzar debemos preguntarnos si estamos viviendo conforme a la Palabra de Dios, o si tal como Israel lo hizo, hemos abandonado y despreciado a Dios, viviendo a nuestra manera. Tal vez estamos pasando por una temporada difícil, preguntemos a Dios, qué es lo que quiere enseñarnos en este tiempo.

Oremos: Padre amado, gracias por tu gran amor y misericordia, ayúdame a reconocerte en todos mis caminos, quiero vivir siendo guiado por tu Palabra, libra a mi corazón de despreciarte. Te amo y te necesito, quiero conocerte cada día mas. Te amo, Amén.