Restaurando nuestra intimidad con DiosEjemplo

1. Dios sigue hablando (1-4)

El 29 de agosto del segundo año del reinado del rey Darío, el Señor dio un mensaje por medio del profeta Hageo a Zorobabel, hijo de Salatiel, gobernador de Judá, y a Jesúa, hijo de Jehosadac, el sumo sacerdote: «Esto es lo que dice el Señor de los Ejércitos Celestiales: el pueblo alega: “Todavía no ha llegado el momento para reconstruir la casa del Señor”». Entonces el Señor envió el siguiente mensaje por medio del profeta Hageo: «¿Por qué viven ustedes en casas lujosas mientras mi casa permanece en ruinas?».

Podemos tener la certeza, que esto es Palabra de Dios, y que Dios hoy sigue hablando a nuestras vidas, la pregunta aquí no es, ¿Está hablando Dios?, sino mas bien, ¿Estamos escuchando?

Para escuchar a Dios debemos bajar la velocidad y disponernos, oír es una función fisiológica del oído, mientras que escuchar es una dedicación intelectual de lo que el oído capta. Tengo que querer escuchar, ¿Quieres? decide hoy escuchar la voz de Dios, baja la velocidad y detente un momento para agradecerle porque él sigue hablando a nuestras vidas.

Dios estaba hablando al pueblo, pero al parecer ellos estaban demasiado ocupados como para prestar atención. ¿Te ha pasado?

Para reflexionar: ¿Crees que Dios te ha estado hablando últimamente?

Para recordar: En tu libreta o cuaderno devocional, escribe los versículos que hemos leído hoy, y lo que Dios haya hablado a tu vida.

Oremos: Padre, gracias por hablar a mi vida, gracias por guardar tu Palabra a lo largo de los años para hoy tener acceso a ella, ayúdame para siempre tener un corazón dispuesto y deseoso de oír tu voz. Te amo Señor. Amén