Restaurando nuestra intimidad con DiosEjemplo

3. Obedece la instrucción de Dios (7-11)
Esto es lo que dice el Señor de los Ejércitos Celestiales: «¡Miren lo que les está pasando! Vayan ahora a los montes, traigan madera y reconstruyan mi casa. Entonces me complaceré en ella y me sentiré honrado, dice el Señor. Esperaban cosechas abundantes, pero fueron pobres; y cuando trajeron la cosecha a su casa, yo la hice desaparecer con un soplo. ¿Por qué? Porque mi casa está en ruinas, dice el Señor de los Ejércitos Celestiales, mientras ustedes se ocupan de construir sus elegantes casas. Es por causa de ustedes que los cielos retienen el rocío y la tierra no produce cosechas. Yo mandé la sequía sobre sus campos y colinas; una sequía que destruirá el grano, el vino nuevo, el aceite de oliva y las demás cosechas; una sequía que hará que ustedes y sus animales pasen hambre y arruinará todo aquello por lo que tanto han trabajado».
La instrucción ya no podía ser más específica, les dice de dónde obtener el material para la reconstrucción. En Cristo tenemos todo lo que necesitamos para vivir conforme a su Palabra, tal vez podamos permitirnos la analogía, así como el pueblo necesitaba ir al monte por esa madera, a diario debemos acudir a lo que ese monte representa, para que nunca falte leña en nuestro altar personal.
¿Quieres complacer y honrar al Señor? Sencillo, obedece su instrucción.
Adelantémonos un poco en el pasaje. El v.14 dice: "Entonces el Señor despertó el entusiasmo de Zorobabel, hijo de Salatiel, gobernador de Judá, y de Jesúa, hijo de Jehosadac, el sumo sacerdote, y de todo el remanente del pueblo de Dios. Comenzaron a trabajar en la casa de su Dios, el Señor de los Ejércitos Celestiales".
¿Queremos avivamiento? Antes del avivamiento viene la obediencia.
El llamado de atención era a reconstruir el templo, pero, ¿Qué representaba el templo? El centro de la devoción de Israel, más que el lugar físico era la posición del corazón en relación a Dios, representaba la relación con Dios. Claramente lo físico o lo natural nos enseñan verdades espirituales, es muy difícil trabajar, comer o descansar en un lugar sucio o fuera de orden, primero es necesario ordenar, limpiar, restaurar, es lo que el Señor nos está diciendo hoy, es lo que anhela hacer en nuestras vidas, para derramar aún más de su presencia sobre nosotros.
Cristo mismo volteó las mesas del templo, quitó toda la basura, lo que no correspondía antes de comenzar a enseñar. Que el pueda voltear las mesas de nuestra religiosidad, de toda apariencia de piedad, y nos de corazones completamente rendidos ante Él.
Ver el templo en ruinas era el reflejo que sus propias vidas estaban en ruinas, una casa desordenada, una habitación sucia, hablan más de nuestra realidad que miles de palabras. Dios nos está llamando a orden, no quiere que sigamos en medio de ruinas, anhela restaurarnos porque si nuestra relación con él no está bien, todas las demás relaciones sufrirán las consecuencias.
Para reflexionar: ¿Cómo estás hoy con el Señor, alguna vez tu relación con Él fue más profunda? Si tu respuesta es sí, ¿Quién se movió? ¿Qué te ha estado estorbando? ¿Qué ha estado cautivando tu corazón más que él?
Para recordar: No olvides escribir los versículos que estudiamos hoy en tu cuaderno y todo lo que Dios haya hablado a tu vida.
Oremos: Señor, dame un corazón obediente, trae orden a mi vida, te necesito, quita todo aquello que está compitiendo contigo dentro de mi corazón, dame amor por tu Palabra, que nada me impida escuchar diariamente tu voz a través de ella. Amén.
Escrituras
Acerca de este Plan

Un llamado a meditar en nuestra relación con Dios a través del capítulo 1 del libro de Hageo.
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Nos gustaría agradecer a Alejandro Ramirez por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: instagram.com/janoramirezz
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