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El Padre Se Da a ConocerEjemplo

El Padre Se Da a Conocer

DÍA 3 DE 7

Siglos después, avanzando en el relato bíblico, observamos:

"Todo el pueblo observaba el estruendo, los relámpagos, el sonido de la bocina y el monte que humeaba; y viéndolo, el pueblo tembló y se puso de lejos. Y dijeron a Moisés: Habla tú con nosotros, y nosotros oiremos; pero no hable Dios con nosotros, para que no muramos". (Éxodo 20:18-19)

Al avanzar en Éxodo, vemos que Dios seguía hablando con su pueblo, pero ellos tomaron una decisión que Dios no quería que ocurriera. Ellos se mantenían a la distancia diciendo: "Dios es demasiado santo, demasiado grande".

No solo eso, sino que quizá tenían la imagen de un Dios airado, de un Dios enfadado. Le dijeron a Moisés: "Habla tú con Dios y luego transmítenos lo que Él tenga que decirnos, porque estamos seguros de que, si intentamos acercarnos a Dios, vamos a morir".

Esta es la situación en la que se encontraba la gente después del pecado original, después de la alta traición contra Dios. Sin embargo, Dios siempre siguió presente.

Con el correr de los siglos, las personas lograron ver a Dios por revelación. Esa revelación dejaba claro el deseo de cercanía y comunión de Dios con el hombre.

Entendemos "revelación" como el deseo de Dios de mostrar o develar algo que estaba oculto. A lo largo del Antiguo Testamento, algunas personas tuvieron ciertas revelaciones de Dios. Por ejemplo, Isaías tuvo una revelación de un Dios santo, un Dios santísimo. Isaías experimentó un temor reverente ante Dios, porque es un Dios tres veces santo.

Por otro lado, el Salmo 23 nos muestra, en la persona de David, la revelación de un Dios más cercano. David dice por revelación: "El Señor es mi pastor".

Es importante tener presente que, aunque estas y muchas otras personas en el Antiguo Testamento y bajo el Antiguo Pacto tuvieron revelaciones de Dios o de su carácter, ninguna de esas revelaciones llegó al nivel de lo que Jesús vino a mostrarnos acerca del Padre.

Creo que, en el tiempo del AT, quien tuvo la mayor revelación de un Dios cercano fue David. Solo hay que leer los salmos y analizarlos. Para mí, el hecho de que David dijera: "El Señor es mi pastor" es algo tremendo para su época. Pero para nosotros, hoy, gracias a la revelación que nos trajo Jesús, podemos decir: "Dios es mi Papá".

Fue el mismo Jesús quien dijo que Él era el buen pastor y que sus ovejas escucharíamos su voz y lo seguiríamos. Pero, cuando hablaba del Padre, también decía que Dios era nuestro Padre y nos mostraba la revelación de la paternidad divina.

Esto, obviamente, nos lleva a muchas reflexiones en el plano relacional. Por ejemplo, muchas personas no han logrado tener una relación correcta con su padre natural, lo que a menudo las lleva a tener una relación distorsionada con Dios Padre. Estas personas están llamadas a trabajar en entender cómo funciona la paternidad divina.

Sin embargo, si la relación con su padre natural ha sido buena, será más fácil para ellas comprender la paternidad divina. Por otro lado, esto también nos lleva a un tema delicado: la paternidad espiritual.

Algunas personas intentan ejercer una paternidad espiritual sobre los demás. ¿Cuál es el problema del ser humano? Que tenemos una tendencia a confiar en lo que vemos. Por eso, la gente busca que oren por ellos imponiéndoles manos o ungiéndolos con aceite, porque confían en lo tangible.

Si le quitas el aceite a la hora de orar, parece que pierden el fundamento de su fe, porque esta estaba puesta en el aceite, y no en Dios. Lo mismo sucede con muchas otras cosas.

Tenemos la tendencia de poner nuestra confianza en lo que vemos, palpamos o tocamos. Pero Dios quiere que confiemos plenamente en Él, incluso sin verlo.

Así que, cuando alguien se presenta como una figura paternal dentro de la iglesia, es fácil que las personas pongan su fe y confianza en esa figura visible, en lugar de aceptar primero la revelación de la paternidad divina.

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Acerca de este Plan

El Padre Se Da a Conocer

En el Nuevo Testamento, Dios se revela con una revelación más alta: se revela como Padre. Ya no como un Dios lejano, Altísimo o Soberano, sino como un Padre relacional y personal. Esto no significa que haya dejado de ser todo lo que mostró y reveló en el Antiguo Pacto y el Antiguo Testamento, sino que ahora se presenta con una cercanía más profunda.

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Nos gustaría agradecer a TopCristianos por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: TopCristianos.com