Lo Curioso Del DolorMuestra

Adorando a Dios en medio del dolor.

¿Alguna vez has sentido que todo a tu alrededor se derrumba? Quizá has estado viviendo algo que jamás viste venir, que nunca imaginaste que te pudiera pasar a ti, pero hoy estás en medio de la tormenta más grande de tu vida y piensas que no tienes fuerzas para levantar una oración o darle tu adoración a Dios.

Adorar a Dios no siempre nace de la alegría y de momentos en los que todo está bien a nuestro alrededor. A veces, (muchas veces) la adoración nace del dolor.

He tenido momentos en los que, sin voz, o con el corazón hecho pedazos, me paré frente a una congregación y adoré a Dios con todo lo que tenía, otros momentos en los que sin fuerza y estando yo sola, me hinqué ante mi Salvador diciendo un simple ¨Gracias Padre, Tú eres Santo, no hay nadie como Tú¨ adorándole con todo. Pero no porque todo estuviera bien en mi vida, o porque mi oración y necesidad hayan sido contestadas, sino porque Dios seguía siendo digno de mi confianza y mi adoración. Sin importar qué pase, muy a pesar de todo lo que cambie, Dios sigue en el trono, y Él nunca va a fallar ni a cambiar.

Pablo y Silas nos muestran el poder de adorar a Dios en medio de la adversidad, mientras estaban en prisión, con las manos y pies encadenados, y eligieron cantar himnos a Dios. ¿Te puedes imaginar cantando a todo pulmón en una prisión? ¿Qué tipo de fe se requiere para enfocarte en Dios en el momento de más ansiedad y aflicción? Ellos no cantaban porque todo estuviera bien en su vida, al contrario, cantaban porque sabían que Dios seguía siendo bueno. Y su adoración no solo les trajo libertad a ellos, sino también a los que les rodeaban. Su adoración terminó siendo un testimonio para los que escucharon sus voces, quizá sin mucha fuerza, quizá en momentos quebrada, pero adorando a Dios y es un testimonio que ha llegado incluso hasta nosotros al día de hoy. Habacuc es otro que entendió que aunque enfrentara devastación, su decisión de regocijarse en el Señor era la mejor.

Adorar en medio de la tormenta no es ignorar el dolor, no es tapar el sol con un dedo y pretender que nada malo ha pasado. Adorar en medio de la tristeza y la ansiedad es reconocer que Dios es más grande que nuestras circunstancias y problemas. La adoración transforma nuestra perspectiva y nos recuerda que nuestra esperanza está en Aquel que venció al mundo y que es la luz en medio de la oscuridad. Adorar a Dios es una oportunidad para experimentar Su victoria y presencia de maneras profundas, como nunca lo haríamos si no fuera por lo que una tormenta es capaz de generar en nosotros.

Medita en esto:

Escoge una canción de adoración que hable sobre quién es Dios, elige un momento del día en donde puedas estar con tranquilidad y en soledad adorando a Dios y cantándosela a Él. Pídele al Espíritu Santo que renueve tu perspectiva mientras lo exaltas. Luego, escribe una lista de tres razones por las que puedes adorar a Dios aún en medio de tu prueba.