Lo Curioso Del DolorEjemplo

Su gracia es suficiente.

¿Recuerdas una ocasión en la que tu salud o energía no estuvieron a la altura de tus expectativas? ¿Cómo respondiste en ese momento?

El gran Apóstol Pablo, el que de ser un perseguidor de cristianos, se convirtió en un seguidor de Cristo y un increíble hombre que escribió más de la mitad del Nuevo Testamento experimentó una gran frustración en su vida. Pablo tenía un aguijón, algo que le atormentaba que no sabemos bien qué era, pero historiadores y teólogos piensan que pudo haber sido una enfermedad mental, o un tipo de malaria, o un dolor de cabeza muy agudo, incluso he leído que pudo haber sido dolor de oído.

Desde hace un tiempo he sufrido no solo de pérdida de audición, pero también de tinnitus, que es un ruido agudo muy molesto que está todo el tiempo dentro de mi oído. Cuando estudié sobre Pablo y leí de su aguijón, me identifiqué mucho con él, y quizá tú también te sientas así hoy.

Yo le pedí a Dios un milagro, sanidad... se lo pedí en 3 distintas ocasiones, y 3 veces recibí la misma respuesta. Y entonces, recordé lo que en una carta en la iglesia en Corinto, Pablo les escribe:

Tres veces rogué al Señor que me la quitara; pero él me dijo: «Te basta con mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad». Por lo tanto, gustosamente presumiré más bien de mis debilidades, para que permanezca sobre mí el poder de Cristo. Por eso me regocijo en debilidades, insultos, privaciones, persecuciones y dificultades que sufro por Cristo; porque, cuando soy débil, entonces soy fuerte.

2 Corintios 12:8-10 NVI

¿Cuál es tu aguijón?

La palabra aguijón en griego, según el teólogo Kruse es skolops y significa “algo que frustra y causa problemas en la vida de aquellos que son afligidos.”

¿Qué te está frustrando hoy? Dios tiene una respuesta para tu frustración, para tu aguijón. Y quiere venir a darte paz y libertad sobre esa situación.Tal vez sientes que te están cortando de adentro hacia afuera, te sientes roto, sientes que te están haciendo pedazos. Quizá sientes como si las circunstancias te estuvieran apretando hasta asfixiarte, tal vez estás experimentando dolor y sientes que tu vida no tiene sentido, que no tiene forma, que todo está nublado y no le ves el fin a esta historia. O tal vez te despiertas cada día con falta de propósito. Tal vez la monotonía de tus días le han quitado sabor a tu vida. Quizá estás experimentando miedo, tienes problemas con tus finanzas, o estás viviendo incertidumbre.

Hoy quiero recordarte que estás en manos de Dios. Él tiene Su huella en ti. Él tiene el control y Él conoce el final de tu historia. Él sabe qué es lo que necesitas. Sí… Él sabe qué quieres, pero Él conoce lo que tú necesitas.

Dios nos está formando. Y en medio del fuego, Dios no nos deja. Dios no se va. El aguijón que enfrentamos puede ser físico, emocional o espiritual, pero todos enfrentamos algo que nos recuerda nuestra dependencia de Dios. En esa dependencia, descubrimos que Su gracia es suficiente.

La depresión, la ansiedad, tu diagnóstico, lo que te hicieron en el pasado, lo que tú hiciste en el pasado, tus cicatrices, no tienen autoridad sobre ti. ¿Quién tiene autoridad sobre ti? El que pagó el precio por ti. El fuego es real. Pero Dios es real, Dios es más grande y conoce el final... y después del final, está Él.

Medita en esto:
Piensa en un área de tu vida donde te sientas débil. Dedica tiempo a agradecer a Dios porque Él obra incluso en tu debilidad. Luego, haz una lista de las maneras en que has visto Su fortaleza en esas áreas.