Lo Curioso Del DolorMuestra

Dios camina contigo en el sufrimiento.

¿Alguna vez has estado en una situación que sientes que te sobrepasa? Quizá has vivido una pérdida inesperada, una traición de alguien que amas, una enfermedad o una lucha interna que parecía no tener fin. Piensa en ese momento. ¿Impactó eso tu percepción de Dios?

He escuchado a muchas personas decir que si seguimos a Jesús no deberíamos de tener problemas, y que si enfrentamos dolor y aflicción es una posible muestra de que nos falta fe. Sin embargo, veo a la Iglesia primitiva y leo sobre las pruebas que enfrentaron, veo también lo que el mismo Jesús experimentó cuando estuvo aquí en la tierra, y me queda claro una cosa: este mundo está roto.

Cuando leemos los evangelios nos encontramos con que los primeros seguidores de Jesús no esquivaron el dolor, sino que lo enfrentaron - incluso muchos de ellos murieron como mártires, dando su vida por lo que ellos creían: que Jesús era Dios y el Salvador de sus vidas, que había muerto y resucitado al tercer día.

¿Por qué creemos que seguir a Jesús significa una vida libre de problemas y sufrimiento?

¿Las pruebas que has enfrentado han cambiado tu perspectiva sobre quién es Dios? En momentos de ansiedad, tensión y dolor, es natural preguntarnos dónde está Dios. Pero, las Escrituras nos recuerdan que Él siempre está cerca, especialmente de los quebrantados de corazón. En medio del sufrimiento, puedes encontrar consuelo en Su presencia constante, incluso cuando las respuestas no llegan, o cuando no son como uno quería.

Dios no siempre quita el dolor de inmediato, no siempre sana al instante, pero sí promete caminar con nosotros en medio del dolor. Jesús no prometió que nuestras vidas estarían libres de problemas, pero sí aseguró que en el mundo tendríamos aflicciones. ¨Pero ¡ánimo! Yo he vencido al mundo" (Juan 16:33). Esto nos da esperanza porque nos recuerda que siempre podremos contar con Su presencia.

Medita en esto:
Hoy, escribe una oración honesta a Dios sobre tu dolor. Dile cómo te sientes, confíale tus cargas y pídele que te muestre Su cercanía en medio de tu quebranto. Luego, lee el Salmo 34 completo y subraya las promesas que encuentres.