Lo Curioso Del DolorEjemplo

Creo en Ti, pero ayúdame al dudar.

¿Cuándo fue la última vez que dudaste de algo en lo que antes confiabas? Tal vez fue una relación, un trabajo, o incluso, tu fe. Reflexiona sobre ese momento.

Cuando enfrenté diagnósticos médicos como la infertilidad, la pérdida de audición, y nódulos en las cuerdas, me pregunté mi valor como mujer y como sierva de Dios. Por años he servido a Dios a través de mi voz, enseñando y ministrando a través de la música. ¿Cómo podía perder mi audición y mi voz? ¿Y por qué no podía tener esa familia que tanto había soñado? ¿Quién soy sin ¨mi ministerio¨ y cómo le puedo servir a Dios sin ¨mis dones¨? ¿Me seguirá usando Dios si pierdo mi voz? ¿Me seguirá amando si no puedo darle lo que se espera de mí?

Son preguntas que conozco la respuesta en teoría, pero es hasta que te enfrentas a momentos así que tus emociones y pensamientos se tienen que alinear a la verdad de quién es Dios y quién eres en Él. En medio del desierto, del silencio y del dolor, comprendí una gran verdad. Yo no soy lo que hago. Yo no valgo por los dones que Dios me ha dado, y Él nunca me ha querido por lo que pueda hacer para Él. Dios me ama porque Dios es amor. Dios me escogió porque Él es misericordioso y en Su gracia me predestinó.

El padre del niño endemoniado en Marcos 9:14-29 nos da un ejemplo de cómo acercarnos a Dios con nuestras dudas. Su fe no era perfecta, pero fue suficiente para clamar: ¨Creo, pero ayuda mi incredulidad¨. (Marcos 9:24) Y Jesús respondió.

Este pasaje me recuerdo que nuestras dudas no ahuyentan a Dios, no lo asustan, al contrario, Él nos invita a traerle nuestras inseguridades, nuestros miedos y fracasos. Él puede con eso y más. Su fidelidad no depende de nuestra capacidad para creer perfectamente, sino de Su carácter inmutable.

Cuando dudamos, podemos descansar en el hecho de que Dios no se sorprende ni se desilusiona. Él entiende nuestras luchas internas y está dispuesto a ayudarnos a fortalecer nuestra fe a través de Su Espíritu Santo en nosotros.

Medita en esto:

Reflexiona sobre una duda que estés enfrentando en estos días y escribe una declaración de fe basada en lo que sabes que es verdad acerca de Dios. Puedes usar algún versículo que te recuerde quién es Dios y los planes que tiene para ti. Luego, comparte esa verdad con alguien cercano a ti para animarse mutuamente.