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Este Es El Camino: Un Viaje De 30 Días a Través Del Libro De Los HechosMuestra

Este Es El Camino: Un Viaje De 30 Días a Través Del Libro De Los Hechos

DÍA 29 DE 30

El regalo

por Elizabeth Settle

Entonces fijaron una fecha, y ese día mucha gente llegó al lugar donde Pablo estaba alojado. Él explicó y dio testimonio acerca del reino de Dios y trató de convencerlos acerca de Jesús con las Escrituras. Usando la ley de Moisés y los libros de los profetas, les habló desde la mañana hasta la noche -- Hechos 28:23.

Un popular juego de regalos navideños tiene a todos parados en un círculo, cada uno sosteniendo un regalo, mientras se lee una historia en voz alta. Cada vez que se pronuncia la palabra "izquierda" en la historia, los regalos se pasan a la izquierda. Cuando se dice la palabra "derecha", todos pasan sus regalos en la dirección contraria. Al final de la historia, puedes llevarte a casa el regalo que llegó a tus manos.

Aquí estamos en Hechos 28. . . al final de la historia. El capítulo final está lleno de altibajos: el naufragio de Pablo, el rescate en Malta, la lluvia fría, el malestar, víboras, sanidades, el favor, amistades, encarcelamiento y esperanza. Mi cerebro juega a tirar de la cuerda calculando cada evento: izquierda y derecha, "bueno" y "malo", lucha y éxito.

Las aventuras de mi vida son un poco diferentes a las de Pablo. Son más bien como una casa arruinada, caos interior, agobio, el aguijón de la impotencia, estrés, comodidades, placeres y el terrible tráfico. Pero aun así, tiendo a calcular lo "bueno" y lo "malo" en mi cerebro. Cambiando mis evaluaciones a medida que se desarrolla la historia: de ida y vuelta, bien y mal, victorias y derrotas.

¿Estoy ganando? No siempre lo parece. ¿Y qué hay de Pablo? ¿Cuál fue su evaluación?

La fascinante conclusión de Hechos lo resume así: "Pablo permaneció [...] en su casa que alquilaba. A todos los que venían a él, les recibía allí, predicando el reino de Dios y enseñando acerca del Señor Jesucristo, con toda libertad y sin impedimento" (Hechos 28:30-31 RVA-2015). Para Pablo, siempre se trató del regalo. No importaba si las cosas se movían a la izquierda o a la derecha, hacia lo bueno o lo malo, hacia atrás o hacia adelante. Su confianza estaba en el regalo.

  • El regalo del reino de Dios y nuestra ciudadanía en él (lee Efesios 2:19).
  • El regalo de Jesucristo habiéndonos sanado a través de su cuerpo quebrantado (lee Colosenses 2:9–10).
  • El regalo de saber quiénes somos verdaderamente en Cristo y de vivir de en esa identidad justa, perfecta y santificada (lee 2 Corintios 5:21).
  • El regalo de la confianza de que nada bueno ni malo nos separará del amor de Dios en Cristo Jesús (lee Romanos 8:38–39).

La aventura para Pablo no fue tanto los altibajos de su vida sino el desenvolver lo que siempre había estado en sus manos. Fue obligado por el regalo de Dios en cada temporada y circunstancia, declarando a todos los que quisieran escuchar: "¡Miren lo que está en sus manos! ¡El reino! ¡El reino de Dios se ha acercado!"

Su anhelo hacía eco con el Señor: que tuviéramos "ojos para ver" y "oídos para oír" (lee Mateo 13:16). ¿Y si ganar no se trata de satisfacer nuestras comodidades físicas y que todo salga a nuestro favor? Tal vez se trate de intuir la realidad desde nuestros corazones (lee Hechos 28:27). Esto no parece una tarea fácil y requiere que aparentemente demos un vuelco a nuestra forma cotidiana de pensar. ¿Quién nos sanará de estos juicios distorsionados que nos sacuden de un lado a otro? ¿Quién nos ayuda a ver lo que está debajo de la superficie, lo que es estable y real? "¡Gracias a Dios! La respuesta está en Jesucristo nuestro Señor. Así que ya ven: en mi mente de verdad quiero obedecer la ley de Dios, pero a causa de mi naturaleza pecaminosa, soy esclavo del pecado". (Romanos 7:25).

Pablo quedó tan impresionado por esta revelación de Dios que trascendió las incomodidades diarias. El regalo lo obligó. ¿Cómo podemos ver el regalo que está en nuestras propias manos? Cerrando los ojos. ¡Esa es la paradoja! Cerramos los ojos de nuestra cabeza y le pedimos a Dios que abra los ojos de nuestro corazón.

  • Señor, estoy buscando tu reino. ¿Me enseñas cómo es? ¿Cómo me ves como ciudadano de tu reino?
  • Espíritu Santo, convénceme de que he sido hecho completo a través del cuerpo quebrantado de Cristo. Padre, ¿Qué ves cuando me miras a través de la lente de la obra de Cristo?
  • Jesús, las Escrituras me dicen la verdad de quién soy en Ti. ¿Podrías traspasar mi corazón con esta verdad y mostrarme quién soy en Ti?
  • Padre, a menudo me siento tan lejos de Ti. Sobre todo cuando las cosas no van bien. ¿Me podrías recordar la verdad de que nada puede separarme de tu amor?

Abrimos el regalo reconociendo que ya está en nuestras manos y pidiéndole a Dios que se revele a nosotros. ¡Dios se revela a sí mismo! No podemos entenderlo, pero Él está encantado de revelarse a sí mismo y complacido en darnos el reino.

"No teman, manada pequeña, porque a su Padre le ha placido darles el reino" (Lucas 12:32 RVA-2015).

Si elegimos buscar primero su reino (lee Mateo 6:33), manteniendo nuestros ojos en el regalo, todo el ruido de ganar o perder, izquierda o derecha, bueno o malo, se acalla con la historia que se desarrolla y resuena en nuestros corazones: Él en ti y tú en Él. Este es el evangelio del reino.

Oración

Señor, gracias por enseñarme que tu reino está cerca. Cierro los ojos para ver. Muéstrame cómo me has hecho uno contigo. Ya sea que las cosas en la superficie se sientan bien o mal, sólidas o inseguras, yo oro que el día de hoy pueda vivir y moverme de ese lugar profundo de unión amorosa. Mis ojos están fijos en el regalo: Tú en mí y yo en Ti. En el nombre de Jesús, amén.

Activación

  • Guarda silencio. Cierra los ojos y pídele al Espíritu Santo que abra los ojos de tu corazón. Participa en las preguntas que se describen en el devocional. Pide de corazón y recibe sus respuestas y ponte de acuerdo con lo que Él dice. ¿Escuchas condenación? ¿Ansiedad? ¿Temor? Esa no es la voz de Dios. Las aguas agitadas en la superficie de nuestros pensamientos dan paso a un mundo interior más sólido, profundo y tranquilo a medida que practicamos la contemplación.
  • Toma unos minutos para anotar los eventos recientes de tu vida, tanto positivos como negativos. Piensa en cómo los has estado categorizando mentalmente como "buenos" o "malos". ¿Cómo cambiaría tu perspectiva si vieras estos acontecimientos a través del lente del reino de Dios?

Para profundizar

Hechos 28; Mateo 4:17; Mateo 6:33; Romanos 8:38–39; 2 Corintios 5:21; Efesios 2:19; Colosenses 2:9–10

Espíritu Santo, ¿qué me dices hoy?

Día 28Día 30

Acerca de este Plan

Este Es El Camino: Un Viaje De 30 Días a Través Del Libro De Los Hechos

Este poderoso devocional da vida al libro de los Hechos para los creyentes de hoy. Descubrirás cómo a través del poder del Espíritu Santo, los primeros cristianos revolucionaron su mundo y cómo tú puedes hacer lo mismo. Escrito por 30 voces diferentes que comparten revelación fresca e historias personales, te inspirará y te empoderará para impactar tu mundo, a caminar con valentía, sabiduría y autoridad sobrenatural.

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Nos gustaría agradecer a Gateway Church por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: gatewaypeople.com