Iglesia AutoinmuneEjemplo

Traidores
Nos encanta ser llamados “hijos de Dios” pero no podemos comportarnos como verdaderos hermanos en la fe. Más bien, somos enemigos y los peores jueces. Un predicador famoso compartió que, “el pueblo evangélico es el único ejercito que abandona y fusila a sus heridos”. Y no esta lejos de la realidad porque nos hemos especializado en dar el tiro de gracia a quienes han caído.
¿Quienes son nuestros heridos? Aquellos que cayeron en el pecado.
La palabra pecado en hebreo es jata, que literalmente significa errar en el blanco o fallar un objetivo. Esto se refiere a desviarse del propósito o estándar que Dios ya estableció. Esto quiere decir, que para no caer en pecado, debemos ser impecables y perfectos, ya que un leve desvío nos conduce a pecar. Lastimosamente, clasificamos los pecados visibles (adulterio, robo, pornografía, lavado de dinero, etc) como algo trágico y perjudicial a nuestras congregaciones, pero los pecados invisibles (chisme, juzgar, mentira, etc) ni siquiera los evitamos y hasta convivimos con ellos.
Bajo este estándar todos hemos caído y probablemente vamos a caer en pecado, así que no estamos en la condición moral de poder juzgar a los demás y darles el tiro de gracia, pues tarde o temprano seremos nosotros quienes caigamos también. En las congregaciones acostumbramos a expulsar y rechazar a quienes creemos que han pecado, pero es el tiempo donde más nos necesitan como hermanos y no como enemigos. Debemos ser esa mano amiga que pueda levantarlos de ese hoyo y escuchar palabras que los inviten a tener un arrepentimiento genuino de su pecado. Desafortunadamente, de nuestra parte solo reciben críticas y acusaciones a sus espaldas, y en vez de acercarnos a ellos, nos alejamos.
Jesús hizo todo lo contrario: fue a buscar a quienes estaban perdidos, cenó con ellos, los sentó en su mesa, los restauro y transformó. No los desecho, los amo.
¿Y tú? ¿A quién estás rechazando, criticando, juzgando y desechando de la iglesia?
Oración: Espíritu Santo, solo Tú puedes revelarnos los pecados que nuestro orgullo nos impide reconocer, perdónanos. Enséñanos a conducir a nuestros hermanos por el camino que Jesús trazó, para que juntos podamos seguir Sus pasos. Amén.
Escrituras
Acerca de este Plan

Estamos en un tiempo donde la iglesia sufre de forma grave y lamentable una enfermedad autoinmune. AUTO (a si mismo) e INMUNE (resistente). La iglesia en lugar de esperar el regreso de Jesús en unidad y armonía, se ataca a si misma. Y no solo me refiero a la iglesia de una manera institucional, sino que de todos los cristianos alrededor del mundo que forman parte del cuerpo de Cristo. En vez de apoyar y contribuir con la gran comisión, nos hemos dedicado a criticar, juzgar y rechazar.
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Nos gustaría agradecer a Sergio Andrés González por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.instagram.com/sergioandres_gb/
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