Iglesia AutoinmuneMuestra

Auto-Inmune

El sistema inmunológico del cuerpo es el encargado de proteger al propio organismo de sustancias extrañas y dañinas, sin embargo una alteración en este sistema o un trastorno como una enfermedad autoinmune provoca que el cuerpo se ataque a sí mismo y no pueda diferenciar entre las células buenas y malas. AUTO (a sí mismo) e INMUNE (resistente). Entre las más comunes y populares podemos mencionar la artritis reumatoide, diabetes tipo 1, Lupus, esclerosis múltiple, vitiligo y la intolerancia al gluten, más conocida como celiaquía.

Este es un pequeño ejemplo que Dios permite que entendamos por medio de la medicina para que nos demos cuenta del gran daño que como Iglesia nos estamos provocando. Somos capaces de causar daños internos y aparentar exteriormente que estamos “sanos y saludables, en bendición y victoria”. En los tiempos antiguos seriamos llamados sepulcros blanqueados así como Jesús llamo al los fariseos por su condición de putrefacción interna e hipocresía al fingir algo que no eran.

Jesús tuvo misericordia con los cobradores de impuestos como Mateo y Zaqueo aun cuando eran rechazados por el pueblo judío al ser traidores y trabajar de manera deshonesta, también con la mujer adúltera que por ley debía de morir apedreada, a la mujer samaritana que tuvo cinco maridos y en ese momento tenía una relación fuera de ley, a Pedro que negó a Jesús descaradamente luego de jurar lealtad a muerte, al ladrón que estaban crucificando al mismo tiempo que Jesús y la lista continúa con asesinos, estafadores, mentirosos, endemoniados, pero con los fariseos su trato fue distinto.

Jesús también tuvo misericordia de los fariseos pero la gran diferencia radica en que ellos no reconocían su pecado ni la necesidad de arrepentirse, por tal razón el trato que tuvo fue más directo y confrontativo debido a su hipocresía y orgullo espiritual. Aparentaban ser justos pero sus corazones estaban endurecidos y alejados de Dios, padecían de autosuficiencia al creer que cumplían la leyes y al pueblo le ponían cargas mucho más grandes de las que ellos podían soportar.

Nadie cree pertenecer a este conjunto de personas (fariseos) hasta que no medita internamente acerca de su propia manera de actuar. Por eso Jesús dijo que es más fácil ver la paja en el ojo ajeno que la viga que cargamos por dentro, porque nos encanta juzgar y criticar pero no somos capaces de ver que quienes más necesitan de Dios somos nosotros mismos.