Consejos del Apóstol Pablo para Año NuevoMuestra

Toma acciones repetitivamente

“…Predica la palabra; persiste en hacerlo, sea o no sea oportuno; corrige, reprende y anima con mucha paciencia, sin dejar de enseñar" (2ª Timoteo 4:2).

Junto con las resoluciones y metas de año nuevo, se habla mucho de la creación y sustitución de hábitos. La teoría en simple dice que de nada vale proponerse algo si no desarrollamos el hábito de hacerlo de forma contínua, hasta que se nos adhiera al comportamiento.

Y en eso, hay muchísimas teorías, todas con algún grado de validez. Están los que predican con que puedes desarrollar el hábito con una sola vez que lo hagas, como aquella persona que repentinamente deja de fumar y listo, sólo necesitas decisión y fuerza de voluntad. Hay quienes proponen, más bien, que un hábito se desarrolla en veintiún días. Durante ese tiempo tendrás el tiempo para asimilar la nueva actividad y listo, hábito asegurado.

Y hay otros que dicen que se necesita más tiempo, entonces hay que prepararse psicológicamente para pasar cuarenta, sesenta y hasta setenta y cinco días haciendo lo mismo, rutinariamente, a ver si logramos desarrollar el hábito.

El tema es que, para lograr realizar algo en la vida, hay que ponerse y mantenerse en acción. Ser intencionado e insistente. Por eso Pablo fue sumamente enfático cuando le escribió a Timoteo que “…Predica la palabra; persiste en hacerlo, sea o no sea oportuno; corrige, reprende y anima con mucha paciencia, sin dejar de enseñar” (2ª Timoteo 4:2). Acá debo reiterar lo que acabo de mencionar: Pablo fue sumamente enfático en esto: “En presencia de Dios y de Cristo Jesús, que ha de venir en su reino y que juzgará a los vivos y a los muertos, te doy este solemne encargo” (2ª Timoteo 4:1).

Pablo sabía que el predicar el Evangelio era un asunto de vida o muerte y que no podían quedarse a medias tintas. Al igual que aquella viuda insistente en la parábola que contó Jesús (Lucas 18:1-7), nos es necesario ser insistentes, mantenernos en acción, “desarrollando el hábito” (si cabe la expresión) de predicar la Palabra de nuestro Dios.

Debemos mantenernos en movimiento, mientras buscamos y cumplimos el propósito de Dios para nuestras vidas.

Oración: Querido Dios, ayúdame a poder ser luz y sal a este mundo, que mis acciones reflejen Tu amor y que mis palabras también sean de edificación y sanidad a quien necesita conocerte. Amén.