El Niño Que RegresóMuestra

¿Alguna vez has sentido que todo a tu alrededor parece estar desmoronándose? Quizá discutiste con tu mejor amigo o algo en casa simplemente no está bien. Es fácil sentirse atrapado en esos momentos frustrantes o dolorosos. Este versículo es un recordatorio de que, aunque sucedan cosas difíciles, no durarán para siempre. Velas como un día lluvioso. Se siente sombrío y difícil, pero sabes que, al final, el sol volverá a salir. Las cosas por las que pasamos, sin importar cuán difíciles sean, son así: no son permanentes. Dios ve una imagen más grande que no siempre es evidente desde donde estamos y está trabajando para sacar algo bueno de las situaciones difíciles.

Hoy, sal a pasear y observa cosas que no durarán para siempre, como una nube de tormenta o un charco después de la lluvia. Entonces, recuerda que así como esas cosas se irán, también lo harán las circunstancias difíciles que estás enfrentando. El amor de Dios por ti es lo que es permanente.