Cómo Actuar Cuando Tu Cónyuge No Te ComprendeMuestra

La escritura de hoy no es útil si la usas para golpear a tu cónyuge en la cabeza con sus defectos y exigirle que haga su parte. Tampoco es útil cargar a nuestros matrimonios con las formas en que hemos visto esta escritura mal interpretada. Este pasaje es útil para cada uno de nosotros cuando lo tomamos a pecho, en obediencia al Señor.

Este pasaje también revela que los maridos y las esposas no hemos sido creados iguales. Tenemos deseos y necesidades diferentes, y recibimos instrucciones distintas. Por consiguiente, percibiremos los acontecimientos de la vida de manera diferente. Esto es algo que podemos llevar al Señor, pidiéndole su ayuda y comprensión, en lugar de quemarnos a fuego lento por sentimientos heridos e ira.

En los momentos en los que sus diferencias parecen agrandarse y se sientan desconectados, es importante dar un paso atrás y permitir que el Espíritu Santo les ayude a dar los siguientes pasos. Respira hondo. No te lo tomes como algo personal. Intenta de nuevo comunicarte con más claridad. Hazte preguntas como "¿Qué me estás oyendo decir?". "¿Puedes darme tiempo sólo para compartir sin arreglarlo?" o "¿Qué necesitas de mí en este momento?".

A menudo, nuestro cónyuge quiere apresurarse a resolver el problema en lugar de comprender nuestra propia necesidad de verbalizar nuestros sentimientos. Éste es un punto de frustración con el que casi todas las parejas se enfrentan en algún momento. Cuando estás en medio de esto, puede ser fácil vilipendiar a tu cónyuge y asumir que está equivocado. En lugar de eso, tómate un tiempo para dar un paso atrás y dejar que Dios te muestre más claramente. Pregúntate a ti mismo: ¿Pedí lo que quiero y necesito en este momento? ¿O simplemente esperaba que supieran proporcionármelo? Es posible que esto pueda resolverse simplemente pidiendo lo que necesitas.

¿Sabe tu cónyuge lo que quieres y necesitas de él o ella en este momento? No puede saberlo si no se lo has dejado claro.

Es posible que nuestro cónyuge no se dé cuenta cuando nos sentimos así. No es su trabajo leer nuestra mente.

Puede que a nuestro cónyuge no le molesten las cosas que nos molestan a nosotros. Tiene derecho a tener su propia experiencia y perspectiva.

Puesto que Jesús era perfecto, y aún así tuvo que enfrentarse a sentirse incomprendido, podemos estar seguros de que nosotros también nos enfrentaremos a esto.

Aprender a ser humildes, a no personalizar estos sentimientos y a ser curiosos en lugar de atacar cuando nos hieren, nos ayudará a seguir las instrucciones de Pablo en el pasaje de hoy. Trata de servir al Señor haciendo bien tu parte en lugar de asegurarte de que tu cónyuge haga la suya, y observa cómo afecta a tu matrimonio.

Oración: Señor, ayúdame a ser humilde. Ayúdame a no asumir que mi camino es el único o el mejor. Ayúdame a ser un verdadero compañero para mi cónyuge; a aceptar que somos diferentes por tu diseño, y a ser amable con esas diferencias.