Cómo Actuar Cuando Tu Cónyuge No Te ComprendeMuestra

En 1 Crónicas 22:19, vemos la instrucción de "pon tu mente y tu corazón a buscar al Señor tu Dios". Cuando los israelitas comenzaron la difícil tarea de construir el templo, se les ordenó "levantaos y edificad". Nosotros también tenemos una difícil tarea por delante: construir un matrimonio que glorifique a Dios y refleje su amor en un mundo oscuro. Se tardaron unos 7 años en construir el templo; del mismo modo, nuestros matrimonios son una labor de amor, que lleva años de construcción.

Si nuestras mentes y corazones no están puestos en buscar al Señor y construir un matrimonio que lo honre, podemos fácilmente caer en la búsqueda de validación, respeto, felicidad o comprensión en su lugar.

Todos los días experimentamos una gran variedad de emociones, a menudo de un extremo al otro. Si te sientes incomprendido y desconectado en el matrimonio, ¿entonces qué? ¿Qué puedes hacer cuando empiezas a sentir que tu cónyuge es más un enemigo que un compañero de equipo?

En primer lugar, reconoce que son sentimientos. Reconoce que, aunque son realmente tus sentimientos, puede que no sean del todo ciertos. Reconoce que Dios nos dio todos estos sentimientos y emociones. Los sentimientos en sí no son malos, pero tampoco deberían controlarnos. Las emociones en sí no son buenas o malas, verdaderas o falsas, simplemente son. Pero no podemos convertir nuestras emociones en armas y darles rienda suelta en nuestras relaciones.

En mi matrimonio, me sentía herida cuando a mi marido parecía no importarle algo que a mí me importaba. Tenía dos opciones: hablar con él de ello o guardarme el sentimiento dentro, donde la tristeza se convierte en amargura. Cuando hablé con él de lo que sentía, me di cuenta de que no se daba cuenta de lo mucho que significaba para mí. No se lo había comunicado con claridad. Ambos aprendimos. Si mantengo mis ojos en mis emociones, estaré montada en una montaña rusa. Si mantengo mis ojos en Jesús, puedo mantenerme firme.

Hebreos 12:1-2 lo dice de esta manera: "Despojémonos también nosotros de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con denuedo la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el fundador y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz".

En nuestras vidas, nos enfrentamos a muchos casos en los que ansiamos una justificación, una validación. Muchas de ellas son insultos a nuestro ego, por lo que queremos dejar las cosas claras. En esos momentos, podemos mirar a Jesús, que soportó la última instancia de no ser visto por lo que realmente era. Aunque podría haber puesto las cosas en su sitio y humillado a todos los que negaron su Señorío, se burlaron de él y pidieron su crucifixión, no lo hizo: Sus ojos estaban puestos en el propósito que Dios tenía para él. Sus ojos estaban puestos en la alegría de la obediencia.

Oración:

Gracias, Jesús, porque soportaste la cruz y por la libertad que proporcionan tu muerte y tu resurrección. Permíteme aprender a aceptar sanamente todas mis emociones, mientras vivo desde la sólida base de tu vida en mí y tus propósitos en mi vida.