Apoyándonos en Dios Para Llevar Nuestras CargasMuestra

Un rey cargado con muchas angustias y tribulaciones

En cierto momento de su vida, el rey David se vio sometido a una presión casi insoportable. El Salmo 55 describe un tiempo de algún tipo de rebelión o lucha de poder contra David. Según este salmo, la ansiedad que le ocasionaban las presiones y la beligerancia de sus enemigos lo habían agobiado hasta la desesperanza. Sentía una gran congoja y mucho miedo, ansiedad y angustia. Solo podía gemir de desconsuelo (Salmo 55:2,5,17).

Sin embargo, a pesar de toda su angustia y ansiedad, encontró la manera de sobrellevar su situación. ¿Qué hizo David?

• Recurrió a Dios en oración en busca de apoyo

Escucha, oh Dios, mi oración, y no te escondas de mi súplica. Está atento, y respóndeme; clamo en mi oración, y me conmuevo (Salmo 55:1-2). David no permitió que su temor y su profunda ansiedad le impidieran solicitar ayuda a Jehová. David empezó su salmo con una petición a Dios para que lo escuchara (Salmo 55:1-2). David descubre que la oración a Dios es una de las mejores herramientas para tratar con sus aflicciones y angustias, lidiar con el dolor emocional y cobrar aliento y ánimo.

Ahora, para David la oración no es sólo una vía para formular peticiones, sino también una oportunidad de compartir con Dios sus sentimientos y pensamientos, como vía para lograr gestionar su ansiedad y su angustia.

Podemos sentirnos apenados, enojados o abrumados, pero al orar podemos encontrar paz y consuelo en Dios. Así la oración es una herramienta poderosa para conectar con nuestra fe, expresar nuestras necesidades y emociones, y recibir la ayuda y el consuelo que necesitamos de parte de Dios. En la intimidad de la oración, descubrimos que cada conversación con Dios transforma nuestro dolor en fortaleza, y nuestra desesperación en paz.

• Abrió su corazón a Dios para expresar sus emociones

David admitió que se sentía angustiado y abrumado. En el Salmo 55:2, David dijo que su corazón estaba “abrumado” con sus problemas. Él derrama con sinceridad y total transparencia todos tus sentimientos delante de Dios. David compartió sus pensamientos sin censura con Dios, aunque estos fueran dolorosos y fuertes (Salmo 55:3-11). Su declaración en ese sentido es elocuente y conmovedora: Mi corazón está dolorido dentro de mí, y terrores de muerte sobre mí han caído. Temor y temblor vinieron sobre mí, y terror me ha cubierto (Salmo 55:4-5).

• Echo todas sus cargas sobre Dios

Después del doloroso desahogo, David rindió todos sus sentimientos y pensamientos a Dios. Él confió en Dios para que lo escuchara, lo cuidara, lo protegiera y lo rescatara (Salmo 55:16-19, 22-23). Podemos confiar en que Dios hará lo mismo por nosotros. El consejo que David dio a todo aquel que se encontrara en la misma situación fue: “Arroja tu carga sobre Jehová mismo” (Salmo 55:2).

Un modelo de oración para tiempos angustiosos

Al orar a Dios de esta forma, David nos deja un modelo de oración para tratar con nuestras angustias y aflicciones: (1) acudir con prioridad a Dios en oración, (2) vaciar (desahogar) el corazón delante de Dios, (3) echar las cargas sobre Dios en forma de peticiones.