La Voluntad Del PadreMuestra
Querido lector:
El punto es que, si no aprendemos a vernos desde la plenitud en Cristo, siempre nos veremos desde la escasez. Y claro, eso no le gusta al alma de la persona. ¿Por qué? Porque prefiere que se le hable de sus problemas. La persona piensa: “Yo vengo aquí para que me resuelvan mis problemas".
Escucha: las congregaciones cristianas no están para resolver problemas. Y te diré algo más: Dios no está para resolver problemas. Ahora bien, ¿hay una victoria eterna obtenida en la Cruz a nuestro favor que nos permite disfrutar muchas cosas? Sí. Pero Dios no es un solucionador de problemas. Todo lo que Él ha hecho, lo ha hecho pensando en Su propósito eterno, no en nuestros problemas.
Imagínate que Dios actuara siempre basado en nuestros problemas. Sería terrible.
¿Recuerdas Filipenses 3:1? “Por lo demás, hermanos míos, alégrense en el Señor. Para mí no es molestia volver a escribirles lo mismo, y a ustedes les da seguridad".
La expresión que usa Pablo en ese versículo es seguridad. Hay una seguridad que surge cuando abrazamos ciertos conceptos. Hay una seguridad cuando se nos repiten ciertas verdades. Pablo dice: “A mí no me molesta".
Fíjate en la actitud de Pablo, en su desesperación apostólica. En Gálatas él no dice: “Yo vuelvo a sufrir dolores de parto porque tengo ganas de que todos ustedes estén sanos para siempre.”
Tampoco dice: “Yo vuelvo a sufrir dolores de parto porque deseo que encuentren ese trabajo que tanto necesitan".
Ni mucho menos: “Sufro dolores de parto para que reciban esa provisión económica que esperan.”
No. Pablo experimentó dolores de angustia y parto hasta que Cristo fuera formado en los creyentes. Eso es lo que él decía a los Gálatas. La verdadera desesperación pastoral es ver a Cristo siendo formado en las personas.
Sin embargo, hay algo que duele mucho: darte cuenta de que, lamentablemente, pastorearás a personas que nunca colaborarán con el propósito eterno. Y eso es doloroso. Es una realidad.
Estas personas decidieron no madurar, no permitir que Cristo se forme en ellas y no avanzar hacia un entendimiento mayor. Eligieron vivir su vida viendo a Dios únicamente como alguien que suple necesidades. Su mentalidad es: “De ahí no me molestes más. Yo no fui escogido para servirle a Él; Él fue escogido para servirme a mí".
Tristemente, detrás de esa forma de pensar hay algo terrible. Porque, desde la óptica de Dios, la verdad es que Él no está para servirme a mí. Yo fui escogido para servirle a Él. Punto.
Se me ha dado el privilegio de poder servirle, pero Él no está a mi servicio. No soy yo quien le ordena, quien le manda, quien le dice qué debe hacer o no hacer. Yo no soy el rey ni el señor. Él es.
Hoy, lamentablemente, por causa de las monarquías corruptas, obsoletas y poco funcionales que existen, no entendemos el verdadero concepto de rey. No estamos hablando de un rey como aquel Juan Carlos que anda por ahí vagueando.
El concepto de rey desde el entendimiento bíblico es muy diferente: todo gira en torno al Rey; Él es quien manda y ordena.
Escrituras
Acerca de este Plan
La primera frase de esta definición es: “La voluntad amorosa del Padre de darse a conocer por medio del Hijo". ¿Qué significa esto? Que el propósito eterno nace en el corazón del Padre. No es un invento humano, no es una moda, no es una doctrina, ni algo novedoso que debamos adoptar, sino el deseo del Padre. Es el anhelo de Abba Padre, aquello que Él decidió llevar a cabo desde antes de la fundación del mundo.
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