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La Sala De Espera De DiosMuestra

La Sala De Espera De Dios

DÍA 3 DE 4

Batallando con los pensamientos

Como ya mencionamos, esperar en Dios en medio de una situación difícil no es nada sencillo. Y nuestra mente no nos facilita las cosas. ¿Cómo podemos controlar los pensamientos que buscan instalarse en nuestra cabeza e intentan hacernos dudar de Dios? ¿Y qué hay de aquellos pensamientos que nos generan aún más miedo y ansiedad? La batalla está en la mente, por lo que, para ganar, debemos aprender a controlar nuestros pensamientos. «Ante todo, cuida tus pensamientos porque ellos controlan tu vida» (Proverbios 4:23, PDT). ¿Cómo podemos cuidarlos? El apóstol Pablo nos da la respuesta: «Concéntrense en todo lo que es verdadero, todo lo honorable, todo lo justo, todo lo puro, todo lo bello y todo lo admirable. Piensen en cosas excelentes y dignas de alabanza» (Filipenses 4:8, NTV). Debemos filtrar los pensamientos que llegan a nuestra mente preguntándonos: Lo que pienso ¿es verdad? ¿Es honorable? ¿Es justo? ¿Es puro? ¿Es bello? ¿Es admirable? ¿Es excelente y digno de alabanza? Si en alguna pregunta tu respuesta es “no”, elimina ese pensamiento, porque no es bueno para ti.

En la sala de espera de Dios, algunos de los pensamientos más frecuentes son: “Dios no me escucha”, “Dios me abandonó”, “Dios no se preocupa por mí”, “Dios me está castigando”, “Dios no me ama”, “Dios no quiere responderme”, entre otros. Ninguno de estos pensamientos va a ayudarte a salir de la situación en la que te encuentras, todo lo contrario. Pensar en esto, sería como ir agregando arena seca en el camino. Cada vez avanzas menos, y lo haces más lento. Debes pensar en lo que Dios piensa, esa es la clave.

Cuando sea muy difícil, y no puedas controlar tus pensamientos, acude a Dios. «Pongan todas sus preocupaciones y ansiedades en las manos de Dios, porque él cuida de ustedes» (1ª Pedro 5:7, NTV).

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Acerca de este Plan

La Sala De Espera De Dios

Creo que una de las experiencias más difíciles que tenemos como cristianos es cuando oramos, pero no recibimos respuesta. Pareciera que Dios permanece en silencio. ¿Será que no nos escucha? Claro que lo hace, pero muchas veces Dios trabaja en medio del silencio. No te aflijas, no estás solo. Dios está trabajando mientras te encuentras en la sala de espera.

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Nos gustaría agradecer a Andrea Pachalian por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://about.me/andreapachalian