Soltera y esperando...Muestra

Sé paciente

Llegamos al último día del plan. Hay mucho más para decir, pero en esta ocasión quise remitirme a estos seis principios. Vayamos al último. ¡Sé paciente! Esto sí que es difícil. Pablo en el considerado “capítulo del amor” de la Biblia, dice: «El amor es paciente…» (1ª Corintios 13:4, NTV). No te impacientes; si es la Voluntad de Dios, ya llegará la persona indicada para ti. El sabio Salomón escribió: «Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora» (Eclesiastés 3:1, RVR60). Hay un tiempo para todo, hay distintas etapas. Debes disfrutar cada una de ellas. Salomón continúa diciendo: «… Dios lo hizo todo hermoso para el momento apropiado. Él sembró la eternidad en el corazón humano, pero aun así el ser humano no puede comprender todo el alcance de lo que Dios ha hecho desde el principio hasta el fin» (Eclesiastés 3:11, NTV). Así que, disfruta de la hermosa etapa en la que hoy te encuentras.

Como hijas de Dios, queremos que se cumpla Su Voluntad en nuestras vidas, porque es buena, agradable y perfecta. «… dejen que Dios transforme su vida con una nueva manera de pensar. Así podrán entender y aceptar lo que Dios quiere y también lo que es bueno, perfecto y agradable a él» (Romanos 12:2, PDT). Aunque hoy no lo entendamos, y con nuestra mente humana deseemos otra cosa aparentemente mejor, no olvidemos que sus planes son perfectos, y llegan en el tiempo justo. Dios no se equivoca. Puedes pensarlo como un rompecabezas. Es como si tuvieras que armar un rompecabezas sin saber cuál es la imagen final. En cambio, Dios ya sabe cuál es el resultado, por eso sabe qué pieza va en cada lugar. Tal vez tú estés forzando una pieza en un lugar incorrecto. No insistas, sométete a Su Voluntad y a Sus planes. «Pues yo sé los planes que tengo para ustedes—dice el Señor—. Son planes para lo bueno y no para lo malo, para darles un futuro y una esperanza» (Jeremías 29:11, NTV).

A lo largo de este plan mencionamos distintas cosas que podemos hacer para acercarnos más a Dios, cambiar hábitos en nuestra vida, trabajar en determinadas áreas de nuestra persona, entre otras cosas. Aunque cueste, no te rindas. Esfuérzate por hacer las cosas como Dios manda y agradarlo con tu vida, busca el bien de aquellos que te rodean, sé tu mejor versión, y no te rindas, porque en el tiempo justo cosecharás lo que tanto esfuerzo y trabajo te dio cultivar. «Así que no nos cansemos de hacer el bien. A su debido tiempo, cosecharemos numerosas bendiciones si no nos damos por vencidos» (Gálatas 6:9, NTV).

Si sigues estos principios, estoy segura que te sentirás mucho más cerca de Dios, y más feliz a Su lado. De esta forma, estarás mejor preparada a la hora de permitir que alguien nuevo entre a tu vida, ya que tienes tus prioridades bien ordenadas: Dios primero, todo lo demás después. Los hombres de Dios buscan mujeres de Dios, no lo olvides.